Los días corrían, las horas no paraban e inclusive los minutos duraban menos para mí...
10 de junio del 2016
Hola!
Espero que estés muy bien y que esté cumpliendo con todas tus metas.
Te escribo a ti a la persona invisible, al inombrable, la que probablemente nunca vaya a leer esto. Te escribo porque hoy es uno de esos momento en que no dejo de pensar en ti y no es que este diciendo que solo haya días en que piense en ti y otros días no, en realidad todos los días lo hago pero hay veces en que no lo marcó tanto porque si no volvería a caer en el laberinto de la perdición, en mi pequeña mente de pensamientos reprimidos.
Las horas, los días, las semanas me consumen. Últimamente nada ha durado para mí, que si es el café por la tarde, el alcohol por la noche... Todo se consume tan rápido... No podemos saber si serás si será eterno o duradero.
Cuando volví al colegio me recosté a ver una película mientras llovía y hacía frío, en ese momento sabía que todo iba a estar bien.
Me sentía tan segura y tan libre, como si nadie me detuviera y dejará el camino libre hacia todo.
Pasaron los días y aún sentia tu calor
pero no podía perdonarme en lo que había convertido. No podías estar con alguien como yo.
Atte: Emanuel.
