Especial 666, Parte 2

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M adeline.

Esperamos y repetí: "¿Hay algún espíritu que quiera ponerse en contacto con nosotros?". El vasito empezó a moverse ligeramente, a lo que las chicas dieron un respingo. Yo las miré con cierta exasperación. Era evidente que el más mínimo temblor iba a mover así el vaso. Con el dedo todavía sobre él, les dije querían dejarlo, pero respondieron un no con la cabeza. "Esta bien pregunto una tercera vez para que dejemos la ton..."

Y, entonces, algo cambió. No sé explicar muy bien que fue. Instintivamente mire hacía atrás, parecía que alguien había entrado en casa, y lo primero que pensé es que mis padres habían vuelto antes. Me fijé que la gata también se había despertado. Cuando volví a mirar el vaso, este se estaba moviendo hasta el "Hola".

Julia," ¿lo estas moviendo para asustarnos?. Porque no tiene gracia" me dijo Marta. Arrugué la nariz y le respondí que no, absoluto. En ese momento me preocupaba más la sensación de que alguien había entrado en casa. No quería que mis padres nos vieran haciendo ouija. Me importaba mucho más el hecho de que hubiéramos arrastrado el vaso hasta donde yo misma escribí "Hola". Sacudí ligeramente la cabeza. No iba a permitir que me la jugaran, y me estuvieran hablando de viajes astrales durante semanas. Así que decidí seguir el rollo.

"¿Quien eres?", pregunté. El vaso, poco a poco, marcó:
"N-I-Ñ-O". "Vaya, que original. El fantasma de un niño", dije en voz más alta sin saber muy bien por que.

La casa estaba en silencio. Mis amigos contenían la respiración. Parecían absorbidas por el movimiento del vasito. "¿Eres el fantasma de un niño?" volví a preguntar, "Sí" marcó el vaso. "¿Y moriste aquí ?", se atrevió a decir Ana, ante mi cara de asombro. !Como iba a morir un niño en mi casa sin que yo lo supiera¡ el vaso pareció darme la razón porque se movió hasta el "No".

"¿Que quieres?" continué.

"J-U-G-A-R".

Marta quito de golpe el dedo del vaso. Y con mirada de enfado me dijo: "Vale, Julia, has conseguido asustarnos. Yo lo dejo". Entonces el empezó a resbalarse de debajo de nuestros dedos y se cayo al suelo, rompiéndose. Ana y su novio se levantaron de golpe. Empecé a contagiarme  de su nerviosismo y me molestaba que me culparan de algo que no había iniciado yo.

"A mí no me vengas con cuentos- Respondí enfadada. Estabais moviendo vaso. O lo moveríamos sin darnos cuenta. Yo que se". "Sí y también hemos tirado el vaso ¿no?".

"Vosotros..."

No terminé la frase porque la luz se fue. Ana y Marta gritaron. Yo hacía lo posible por mantener la cabeza fría y repetirme que aquello era pura sugestión, pero la presión de la situación hacía mella en mí. En un esfuerzo racionalización dije: "Serán los plomos voy a ver". Ellos no se movieron. Cogí un mechero, y caminé por el pasillos donde estaban los plomos. Me paré a mitad y ahogué un grito al que respondieron con más gritos desde el salón.
"No pasa nada -Dije para calmar a mis amigos- es la gata que a pasado rozandome".

La respuesta de mis amigos me dejo helada.

"Julia, la gata sigue en el sofá".

Aquí acaba la parte 2, muchas gracias por las 800 visitas, gracias por votar, muchas gracias por seguirme, pero, me gustaría que comentarán.
La historia se siente un poco vacía.

Relatos sobre la OuijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora