Al cabo de un rato, Daniel, me trajo agua y me ayudo a levantarme con cuidado de su cama para ir al baño a espabilarme.
El cuarto de baño... Otra maravilla, ordenado, limpio, daban ganas de quedarse allí el resto del día, la gama de colores era más clara que la de la habitación anterior.
-Alex, voy a mostrarte el resto de la casa ¿quieres?-
Asentí simplemente, sentía curiosidad por averiguar más.
Es la casa más cómoda y limpia que haya visto y curiosamente era más grande de lo que creí.
Mientras mirábamos la maravillosa y enorme cocina, que parecía sacada de un maldito cuento de hadas, algo nos hizo sobresaltar.
- ¡DANIEL! Te estamos esperando joder, ¿te apuras? -
Una chica hermosa de pelo muy oscuro y ojos verdes bajaba por las escaleras de esa gran casa, con un gran parecido a Daniel por cierto.
- Elisa ¿te puedes calmar? Mi amigo acaba de despertarse -
Me miro desconcertada y algo avergonzada por el griterío.
- Hola Elisa, soy Alexiou - Dije amablemente, le di la mano y sonreimos los dos.
Sentí una electricidad en todo mi cuerpo y un flechazo en el corazón que no puedo explicar.