La luz de la ventana hace que mis ojos se abran automáticamente, tomo mi teléfono que se encuentra en mi buró, lo desbloqueo y comienzo a revisar, tenía un montón de notificaciones.
Ayer, luego del colegio, llegué a mi casa a almorzar y me encerré en mi habitación, sólo salí a la hora de la cena y no volví a hacerlo después.
No quería saber nada de nadie ni de nada,ya estaba cansada de la misma rutina de siempre, de las mismas personas, de los mismos problemas, en fin, de todo... necesitaba un día para pensar y reflexionar sobre mi vida, necesitaba un cambio en ella.
Me senté sobre la cama y observé con atención toda mi habitación. Gigante, elegante,cómoda, con todos los lujos que una chica de 17 años puede desear, pero aún así con tantos objetos materiales que podría tener, me sentía sola.
Salí de la cama, me coloqué mis pantuflas, y encaminé mi cuerpo en dirección hacia el baño, lavé mi cara, la cual estaba libre de imperfecciones, pero si unas tremendas ojeras.
-Un poco de corrector lo repara.- Dije para mi misma.
Cepille mis dientes,y luego despojé mi pijama, y me introducí en la ducha.El agua pasaba ligeramente por cada centímetro de mi piel, haciéndome sentir viva, con ganas de volver a empezar de nuevo, me relajaba.
Nunca puede desaparecer de mi mente la imagen de él, no tengo idea que fue lo que hizo ese chico conmigo.
¿Será que me embrujó?
Si es un hechizo de amor,¿cuándo caducará? Absurdas preguntas inundaban mi mente cada mañana.Cerré la llave, rodee mi cuerpo con una toalla, y luego mi cabello, entré nuevamente a mi frío cuarto, el cual le bajé la calefacción, porque moría de frío. Busque en mi armario y me coloque unos leggings de color negro, una camisa manga larga de color gris, con un collar grande acompañándola, botines marrones y un bolso haciéndole juego. Tenía pelo lacio, con altura al ras de mis hombros, así que no tenía necesidad de pasarme alguna máquina por mi cabello.
Bajé a desayunar, y encuentro a mis adorables padres en la mesa, papá con su típico traje y corbata, sin faltar con una tableta en la mano. Mamá se encontraba con su teléfono, nunca se despegaba de el, porque decía que debía hacer cosas importantes.
Sí, mis padres solían pasar la mayoría del tiempo fuera de casa, pero no era algo que a mí me molestaba, entendía, ya que es parte de su trabajo, de igual manera siempre recompensaban sus ausencias.
-Buen día a todos.-Saludé a mi papá, le di un beso en la mejilla y un abrazo. Luego a mi mamá, y me senté.
-¿Qué tal amaneciste mi princesa?-Dice papá con una sonrisa.
-Muy bien, padre. ¿Qué tal va tu día?
-Excelente hija, la empresa está teniendo múltiples acciones con el nuevo producto. - Dice con una energética voz.
-¿Y tú, madre? ¿Qué tal todo?
-Estoy muy bien hija, gracias. Como acabo de escuchar tu también te encuentras muy bien, me alegro por ti.- Y comienza a darle un bocado a sus hotcakes recién servidos.Limpia sus labios con una servilleta, y vuelve a hablar.
-Catherine, ¿qué te parece si salimos a comer y de compras, luego del colegio? Sería un día de madre e hija. -Inquirío con una sonrisa.
Enarqué una ceja.
-¿Estás hablando en serio? -Dije sin poder creérmelo aun, mamá no es una persona que disponga de mucho tiempo, que digamos.
-Claro que sí, mi vida. Así que tomaré eso como un sí. El chófer te irá a recoger para llevarte al restaurante en que comeremos. - Volvió a llevar otro trozo a su boca.
Yo hice lo mismo. Y estuvimos charlando todos juntos, mi día estaba comenzando completamente bien.
Terminamos de desayunar, y nos fuimos cada uno a sus respectivos lugares.
El chófer me llevo al colegio, me bajé y veo el gran edificio con el letrero "Bedford High School". Ahí se encuentran mis dos mejores amigas que se emocionan al verme y me reciben con un enorme y fugaz abrazo.
Sí, las tres eramos muy cariñosas. Las amaba demasiado, siempre estaban ahí para mí cuando las necesitaba, eran como mis hermanas.
-Cat, ¿por qué no respondiste mis mensajes? ¿Te pasa algo? -Dice preocupada Natalie.
-Sí, Cat. Espero que todo esté bien. -Musitó Emma, dándome nuevamente un abrazo.
-Está todo bien, chicas. Dense prisa, o nos dejarán afuera.
Nos dirigimos a nuestros casilleros, así que en ese momento nos separamos, y habíamos quedado que nos encontraríamos en la cafetería.
Guarde unos libros que no ocuparía hasta en las siguientes horas, y lo cerré con llave. Volteo a ver a alrededor y observo con atención la llegada de él....
Evan Hawk.
Y las mariposas empezaron a revolotear dentro de mi estómago.
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Él, mi Esencia, mi Fortuna
Short StoryTodos tenemos a esa persona, que sin importar nada, la seguiremos eligiendo una y mil veces, siempre tendrá un pedazo guardado en lo profundo de nuestros corazones.