arima se moría del aburrimiento. Aunque sabía que hacía eso por una buena razón - necesitaba el tiempo libre que su trabajo garantizaba-, el proceso de poner las cosas a punto era terriblemente fastidioso.
necesitaba componer.Era el paso lógico en su carrera y estaba más que ansioso por recorrer ese camino y salir airoso , como siempre.Luego había brillado como director de orquesta y ahora su carrera exige composición, no como una vía para expresar algo , sino como una nueva conquista.
A sus veintinueve años, estaba convencido de que en la música no había nada que no pudiese hacer. no se trataba solamente del talento con el que había nacido y de lo que se había esforzado desde que llegó a los pedales del piano.
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