Amor grande Papá

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Viejo mio que te he perdido entre memorias idas e historias repetidas, que dejaste de ser el hombre fuerte que era mi padre para ser el abuelo que sigue y sigue su andar. Atrás quedaron tus triunfos de otros tiempos, donde sobrevivir era triunfar. Atrás queda el recuerdo de mi casa bañada de sol de mediodía y tus llegadas cansadas de trabajar. Y el patio aquel donde te rodeaba para escuchar tu pensar. Hoy soy testigo de tu humor risueño de bromas gastadas y de lo bien que te recuerdan los que te conocieron. Hoy viejito terco por tu carácter de hombre, me toca cuidarte. Antaño cuerpo de roble, ahora de cristal, a mis ojos serás mi fortaleza y nunca te quebrarás.
MSVF

Lembranzas CotidianasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora