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TSUKKI

-Creo que te debo una disculpa. Siento que tuvieses que recogerme anoche, no sé por qué Tanaka tuvo que llamarte...- le miro y veo su reacción. Ha sido mucho tiempo desde que le vi por última vez y me gustaría guardarme la imagen por si no le vuelvo a ver, por si no puede perdonarme.

-Tal vez porque eres mi mejor amigo...- responde de forma sincera mientras se cruza de brazos. Sonrío avergonzado y asiento.

-Verás... ¿te importa si nos sentamos? - le digo señalando el sofá. Asiente y nos dirigimos allí. Me siento, me cojo las manos, nervioso y continúo. -Casi se me ha olvidado el motivo por el que te enfadaste conmigo, pero eso no significa que no haya pensado en mis acciones anteriores. - Le miro, me está escuchando atentamente aún con los brazos cruzados. - Es decir, sé que no te enfadaste por lo que te dije ese día, lo sé porque he estado pensando sobre mi actitud hacia ti y he visto que, durante nuestros años de amistad, que no son pocos, no he sido lo bastante considerado contigo. No creo que seas una persona que deba aguantar las cosas que te he hecho durante todo este tiempo, más que nada porque no te lo mereces. Me he dado cuenta de que tú me lo has dado todo, de que has intentado estar ahí para mí siempre, y que yo no te he correspondido adecuadamente. Por eso me quería disculpar y decirte que...

¡DING, DONG!

Ambos levantamos la cabeza, asustados. ¿Quién es? ¿Será el tipo ese otra vez? Yamaguchi se levanta y va a abrir la puerta. Por ella entran el enano y el rey.

- ¡Tch! - suelto en voz baja, aunque creo que Yamaguchi me oye porque me mira brevemente.

-Yamaguchi, ¿a qué hora tenías que ir? Kageyama y yo no estábamos seguros, así que decidimos venir un poco antes. - dice Hinata mientras entra en la casa. - ¡Wooo Tsukishima, hola!

-¿No podríais haberme llamado o enviado un mensaje? - Yamaguchi parece molesto. Hinata mira a Kageyama con la boca abierta y este con los ojos abiertos.

- ¡Es cierto! No nos hemos dado cuenta. - se sientan también en el sofá- Hemos estado todo el día con mi madre y Natsu. Ahora querían hacer un poco de turismo ellas solas así que nos han dejado el coche. -Hinata pega un salto en el sofá y me mira exaltado- ¿Sabes que mi hermana ha empezado a salir con el sobrino de Oikawa? - Kageyama asiente muy serio.

-Ommmss...- no sé qué más decirle. Estoy un poco cabreado porque nos interrumpieran.

-Bueno, la verdad es que pensaba ir en un par de horas a limpiar la casa, pero tal vez es mejor si me voy antes y vuelvo más pronto. - me mira y asiento. - Voy a cambiarme.

-Te acompaño- le digo, me levanto del sofá y voy tras él. Se para y me mira.

-Em..., vale. Kageyama, hay leche en la nevera, me la trajo Hiro el otro día de la granja de su abuelo. - Kageyama abre los ojos y se levanta a por la leche. Yo sigo a Yamaguchi hasta su cuarto.

Me siento en la cama mientras miro cómo busca qué ponerse. Comienza a sacar camisetas sin decidirse y, de repente, saca una que me resulta muy familiar.

- ¿Aún tienes la camiseta de TACOS? - me mira y sonríe.

-Fue un regalo de cumpleaños. - me pongo colorado y desvío la mirada.

-Ya, pero te quedará pequeña. - la coge y la mira detenidamente.

-Bueno, se la pondré a mi hijo. - le miro con los ojos abiertos.

- ¿Quieres tener hijos? - se encoje de hombros.

-Me gustaría. - le sigo mirando, asombrado, mientras coge una camiseta vieja y guarda las demás.

MISTAKESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora