Sabes, la primera vez que te vi creí que eras una persona arrogante y es que enserio que lo parecías; pero, eras diferente, enserio lo eras. Cuando hablábamos eran siempre de cosas ridículas y sin sentido y era muy gracioso, aunque no se si para ti lo era. Tu forma de ser era única y me gustaba, lo admito, al comienzo si me gustabas y mucho, pero luego pasó, creí que era algo hormonal, ya sabes como lo de siempre, como cuando ves a un chico en la parada de autobús y luego no lo vuelves a ver jamás y esperas a que ese sentimiento desaparezca, pero mírame hoy, detrás tuyo como alma en pena sufriendo y pidiendo a gritos ser la persona que esta a tu lado. Y aun sigo aquí, mirando desde mi esquina.