La droga perfecta.

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Me pusiste condiciones, pero todo de mi eran decepciones.
Tú eras mi suministradora a la cual yo era adicto a esa droga. Nunca te agrado que la consumiera, que porque terminaria en la miseria.
Vaya sorpresa, tenias razón, acabo destruyendome  el corazón.
Con el tiempo se fueron haciendo nocivos todos tu besos adictivos.
Y justo cuando me retiraste la dosis diaria lentamente moría mi alma.

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