Hoy te conté mi historia... No me juzgaste a mi... Sólo escuchaste, me entendiste y me hiciste reír, y es que no se porque pero casi siempre que algo me va mal, te lo cuento y ya eso basta, 5 segundos después estoy mejor.
Tu forma de hablarme, contarme tus cosas y hasta hacerme caso... siento algo mágico en ellas...
Yo ya te di mi punto de vista, me encantas, me encantas toda tú, desde tu largo cabello hasta tu odioso sarcasmo.
Y sabes? Creo que tu sientes lo mismo, sólo tienes miedo, miedo a que te dañe... pero yo también tengo miedo, miedo a perderte mi chaparrita...
De nuevo aquí, escribiendote una vez más, en una noche oscuro, entre alcohol y cigarrillos, pensandote, sintiendote tan cerca y tan lejos a la vez.
Este bruto, tonto, imbécil y tantos adjetivos dados por esos labios... a pesar de todo te quiere.