Capítulo 1.

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Me senté en la tierra con la cara entre las manos. Sin poder siquiera pensarlo, comencé a llorar desesperadamente. Había terminado. Por fin se había acabado todo esto. Qué habían hecho ellos, o cualquiera de los otros que habían sufrido el mismo final, para merecerlo? La vida es tan injusta a veces. Debía entender que no ganaría nada sollozando allí en el suelo. Me levanté y sequé bruscamente mis lágrimas, ensuciándome las manos.

-Vamos, Scarlett, no has llorado en años. Justo ahora tienes que romperte?-Susurré para mí misma. Me hice caso y callé.

Qué haría ahora? Debería volver a iniciar la vida que nunca tuve y jamás pude disfrutar. Observé el camino por el que iba: nuevamente a mi antiguo "hogar". Suspiré y volvía caminar. Tenía miedo de llegar allí. En realidad, miedo de lo que pudiera legar a encontrarme. Nadie, de ser yo, volvería a ese lugar. Seguramente solo fueran escombros acompañados de cenizas. Pero qué más da? No tengo dónde ir ahora.

Media hora después de una larga caminata, logré llegar a esa parte de la ciudad. Me horrorizaba viendo los que alguna vez fueron edificios y casas. Simplemente era doloroso ver cómo había terminado todo.dudas

Me paré en frente de la agujereada puerta y me asombró que aún las cuatro paredes siguieran allí. Rotas, pero allí. Me adentré y debí taparme la boca para no sentir el humo que se esparcía dentro.

Bajé las escaleras, levanté forzosamente cierta baldosa del suelo, y me dejé caer por allí. Tuve la precaución de volver a colocar la "tapa", solo por las dudas. Observé a mi alrededor y me ordené a mí misma no volver a llorar. El escondite se mantenía a la perfección, excepto por la parte de que el techo y las paredes estaban algo dañados.

Corrí hacia donde se hallaban mis escasas pertenencias. Hallé mi pequeño y sucio bolsito, y allí coloqué todo lo que encontré en la pequeña habitación. Le eché una mirada rápida al lugar, para asegurarme de que no olvidaba nada, y salí.

Caminé varios minutos hasta llegar a un parque. Estaba totalmente lleno. Las personas ya no tenían casa, por lo que debían buscar un lugar donde dormir que no fuera en medio de la calle. Me conformé con una porción de suelo en la mitad del descuidado parque.

La gente lloraba, o se lamentaba, o intentaba curarse las heridas. Suspiré. Esto dolía. Era bastante duro ver cómo las familias se habían disminuido. Una ráfaga de aire extremadamente frío me rozó el rostro y los brazos. Busqué en mis cosas algún abrigo, y cuando lo hallé cerré el bolso. Lo estiré para colocármelo, y al hacerlo noté que algo había caído en mis piernas. Bajé mi vista y allí se encontraba un...¿Celular? ¿Y de dónde habría salido?

Tomé el aparato con mucho cuidado, e hice un intento claramente en vano de prenderlo. Para mi sorpresa, este sí pudo encenderse, y aunque poseía escasa bateria, aún le quedaba un poco. Habría señal aún? Decidí intentarlo, después de todo nada perdería. Consulté mi saldo y varios minutos después llegó la respuesta. Cómo es que mi familia tenía un celular con saldo y batería? 

-Wow-Susurré. No perdí más tiempo y busqué en la lista de contactos alguno que no viviera aquí. Luego de ver bajar unos 20 nombres en la lista, divisé uno que acaparó mi atención: Benjamin Davis. Había oído a mamá y papá hablar alguna vez de él. Según lo que recordaba, los Davis, la familia por parte de papá, vivía en EE.UU. Benjamin era mi primo. Era uno de los pocos que tenía, y muchas veces mi hermano lo mencionaba. Oh, vaya, iba a extrañarlos tanto. 

Debatía internamente si llamarlo o no. Lo decidí por fin. Debía iniciar mi vida de nuevo y no sería aquí. Necesitaba un nuevo hogar. Apreté el botón y esperé.

 -Benjamin?-Pregunté tímidamente cuando los pitidos dejaron de oirse.

-Tía Mel?-Exclamó asombrado. Entonces me di cuenta de que el celular pertenecía a mi madre.-Estás bien? Están todos allí?-Se preocupó.

-No...no soy Melissa.-Él no respondió.-Yo...

-Quién eres? Ella y su familia están bien?-Preguntó ya preocupado.

-Me dejarás hablar?

-Explícame, por favor.

-Primero que nada, soy Scarlett, la hija de Melissa. Tu prima.

-Oh.-Hubo unos segundos de silencio.- Pues...no te recuerdo demasiado realmente. Dime que todos están bien.-Rogó.

-Me encantaría, pero...

-Ellos se...fueron?-Preguntó con la voz entrecortada.

-Lamentablemente, sí. Los tres fallecieron hace dos años, Benjamin.-Solo se oía su respiración del otro lado.

-Ahora mismo te compraré un boleto de avión destino a Canadá.-Afirmó luego de unos minutos de silencio.-Te vendrás a vivir conmigo aquí. Tranquila, yo puedo pagarlo.-Se oyó un sollozo de su parte.-Tú estás bien?

-Sí, y en serio te lo agradezco. Estoy asustada y necesito dónde vivir. Eres el mejor.

-Ya, duerme y en menos de una semana estarás disfrutando de la tranquilidad de nuevo. Cuídate mucho. Te veo en unos días.

-Gracias de nuevo.-Después de eso la llamada se acabó.

Me recosté en el poco espacio que tenía y pronto me venció el sueño.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2014 ⏰

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