Capítulo I

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Un día normal para mi, aunque lo único malo es que debo volver a la universidad a las siete de la mañana, en serio quieren matarme, es que no se dan cuenta de que quiero dormir -la queja de todas las mañanas de Lia-.
Prepare mis cosas, debía de estar espléndida, por lo menos en mi primer día, así que, elegí una camiseta blanca, unos Jean ajustados, mis fieles chatitas y por supuesto mi chaqueta blanca -ah por cierto, soy estudiante de medicina-
Revise la hora y ya se me estaba haciendo tarde, como siempre, me di una ducha rápida, me vestí, recogí todo mi largo y rebelde cabello en un coleta y salí prácticamente corriendo hacia la universidad... al llegar me encuentro con mis "amigas" a las cuales saludo con un simple gesto con la mano y luego entró a clases.
Como siempre en el primer día todos toleramos la pregunta de porque eligieron la carrera? -me tiene arta con eso la veredad- y así transcurrió el día, de lo más tranquilo.
Ya a la hora de volver a casa me encuentro con las nuevas noticias de la universidad, se estarán eligiendo instructores para la cátedra de Anatomía, ya que es mi materia favorita me apunte de una y sin dudar. Totalmente sumida en mis pensamiento me dirijo a la salida del campus y ahí es donde todo se vuelve confuso, un chico, mejor dicho, el chico ya había chocado conmigo y to terminando en el suelo -esto no podría empeorar y como.siempre me equivoque- y el cayendo prácticamente sobre mi...
Cuando ambos re cobramos. la compostura el me levanta y se disculpa conmigo para luego desaparecer. Quien era el? simplemente no lo se.
Me dirigí a casa sin lograr sacar a ese chico de miente, ese cabello alborotado, la sonrisa nerviosa, esos fueres brazos y sobre todo esos ojos llenos de inocencia que nunca creí ver en nadie mas, simplemente me dejaron hechizada...
Llegando a casa entre pensamientos, no le doy cuenta de que mis padres ya habían llegado, los saludo con un simple Hola y salgo disparada hacia mi habitación, necesito ordenar mi mente, necesito sacarlo de mi cabeza. Y así me la.pase repitiendo esa frase durante las siguientes tres horas para terminar dormida y pensando en el, atormentando mis sueños...
Al despertar son más de las cinco y ni siquiera he comido, ni si quiera me he cambiado, si que hizo estragos en mi mente.
Me levanto de la cama y voy directo a la cocina donde mamá me guardo un poco de comida , por eso la amo, y me dispuse a comer para luego empezar a estudiar, ya que solo tenia un mes para estudiar para el examen de la instructora, en serio quería ser una y lo lograría.
Lo difícil de estudiar fue concentrarse en el tema y no pensar en aquellos ojos marrones y esas pestañas largas y negras que las cubrían como en una cárcel o en una vitrina para que nadie se acerque demasiado, inspiraba inocencia como a.la vez peligro, Dios!!! ya tengo que dejar de pensar en el, a este paso no llegare lejos, me dije a mi misma; estudie hasta las doce de la noche para luego revisar mis redes sociales un instante al menos para distraerme un rato, y ahí es donde encuentro un mensaje suyo, uno de los chicos más lindos de la universidad, Kith había iniciado un chat conmigo y por supuesto que no lo iba a desaprovechar, sin perder tiempo respondí el mensaje y me volví a desconectar. Y ahí surge una nueva pregunta, que es lo que deseara Kith para tomar el paso de enviarle un menaje, siendo que, no se dirige más que el saludo desde toda la vida, pero ya veremos que sucede...

La instructoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora