Capítulo 1

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"Al que madruga Dios le ayuda..."

O eso dicen muchos, pero la verdad el levantarme de la cama es simplemente una Azaña de alto riesgo, enserio hago todo lo posible para ignorarlo por completo y de ahí mandar todo al carajo y volver a dormir tan placenteramente como lo hacía, pero maldita sea me siento mal cada vez que falto a una clase en la escuela porque sé que después voy a tener que repasar materias y eso me da muchísima más pesadez en este momento.

Suena mi despertador temprano como todos los días y como siempre termino apagando la bendita alarma y mi alma o cerebro despierta al fin de su bello sueño, créanme nadie quisiera despertar de mi sueño si supieran que esta casada con Ian Somerhalder y nuestra bebe hermosa por cierto llevara el nombre de Silvia que por obvia él lo había escogido y como buena mujer no le iba a quitar la ilusión a menos que fuera una exnovia o el amor de su vida lo cual no creo que debería preocuparme eso porque él me juro amor eterno en el altar... lo se mis sueños y divagaciones son muy alocadas de vez en cuando pero en fin al menos yo no quiero despertar de ese sueño o si es con Gerard Butler o Dios déjenme en ese trance y si caigo en coma no importa, bueno si tengo familia si despiértenme; bueno no entiendo cómo es que seguí hablando de mis sueños.

Comienzo a reprocharme a mí misma mientras sigo acostada en la cama observando la hora; aun mi cerebro no es capaz de captar que hora es la que indica el reloj y mucho menos qué es tarde y es ahí señores cuando comienzo a divagar en los pros y contras de faltar a las dos únicas clases que tengo en el día.

Saben es más difícil levantarse de la cama cuando ya no tienes a nadie que lo haga por ti, o que al menos te lance una almohada para que despiertes, aunque sea con un genio del demonio, pero al final de todo funciona, creo que era el mejor método que tomaban mis hermanas para despertarme cuando salíamos temprano a algún compromiso. Pero es algo que en algún momento iba a suceder, mudarme a otro lado para terminar mis estudios y ahora que tengo tres años viviendo en esta ciudad he visto que tengo que trabajar duro para poder destacar como Arquitecta.

- ¿Porque eres así Corina? -.

Sé que el levantarme rápido de mi cama tendrá consecuencias al paso del día, pero con una sonrisa de nostalgia lo hago por fin a lavarme los dientes, hacerlo a esta hora es realmente una acción de gran riesgo, bueno creo que de nuevo estoy exagerando..., donde vivo tengo que hacerlo en los lavabos que están en el patio. La casa por fuera sin exagerar parece una casa de citas de un piso; si, así de mala muerte se ve, bueno creo que estoy exagerando un poco, pero si esta algo desgastada de pintura y las paredes. Entrando esta la cochera con una entrada que te lleva directo al patio en donde están los lavabos, la cocina, siete habitaciones y dos baños (uno para los hombres y el otro para las mujeres), y la rampa que te lleva al primer piso en donde hay otras once habitaciones y otros dos baños igual divididos.

Después de lavarme los dientes paso a desahogar mis necesidades (si, es necesario mencionarlo), lave mis manos y regrese a mi habitación para empezar a arreglarme e ir a la escuela.

Cuando me atrevo a ponerme frente al espejo para comenzar a arreglarme toco mi cara, por Dios, mi cabello realmente es un desastre cada día amanezco más despeinada, muchas veces he llegado a pensar que tiene vida propia por las noches; podría dormir como una momia sin mover un solo pelo, pero mi cabello siempre es una maraña por las mañanas también más ojerosa, necesito dormir más, pero enserio los Libros y Netflix son tan adictivos.

Me humedezco el cabello un poco para que mis rizos no se alboroten más de lo normal y me pongo espuma para el cabello, cuando me siento satisfecha con el comienzo a buscar mi maquillaje; no soy de las chicas que lo usa en exageración. Una vez que me aplique la crema base y polvo, arregle mis cejas con un poco de sombra y enchine mis pestañas me coloque rímel en ellas.

-Corina, creo que hoy cumpliste con el cometido del día, naah mentira, pero quedaste DI- VI- NA -. Digo para mí misma en voz alta y a lo último agréguenle la voz de la Divaza (si no lo han visto... ¿Qué están esperando?).

Busco en mi ropero que ponerme hoy, pero como el tiempo me está consumiendo escojo lo primero que toca mi mano y muchas veces cuando hago eso me veo mejor que cuando estoy peleando en que me pondré.

Me observo en el espejo de cuerpo completo y quedo satisfecha con mi reflejo. Cabello ondulado llegando a la mitad de los senos de color rubio cenizo, mis pestañas hacen que mis ojos violetas se vean un poco más grandes y mis labios color rosado hacen que se vean ligeramente más carnosos; mi blusa sencilla color azul marino y mis jeans claros ayudan con todo lo anterior.

Veo el reloj y comienza mi pánico, Dios voy realmente tarde a la escuela, corriendo tomo mis cosas y mi cartera. Odiaba rotundamente las carteras, siempre llevaba mi efectivo en mis pantalones, pero cuando a la muchacha le entra la vanidad y decide usar pantalones sin bolsa en el trasero es cuando se ve obligada a llevar una cartera pegada a ella todo el día. Salgo de casa y cruzo la calle corriendo a todo lo que doy, pero comienzo a sentir una sensación rara en mis pies... ¡Olvide los zapatos!

- ¡Mierda! - grito bajito en susurro.

Corro despavorido de regreso a mi habitación tomo los zapatos y regreso a la contienda contra el reloj.

Creo que este será un buen día o al menos eso espero.

...

CicatrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora