Se encontraba encerrado entee cuatro paredes color cemento, que reflejaba la poca luz del pasillo por la ventanilla y el rededor de la puerta pesada; se sentía como un delincuente, o como un animal salvaje enjaulado que alimentan a través de la rejilla y nadie se atreve a tocarlo o a dirigirse a él, lo hacía sentir tan miserable.
—¡Tú no necesitas a nadie más que a mi!— bufó una voz en su cabeza.
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—No tomes esas estúpidas pastillas de nuevo— ordenó ferozmente, viendo y midiendo meticuloso cada acción que realizaba.
Le hizo caso, no tenía otra opción más que cumplir sus caprichos, prefería hacerlo a que siguiera molestando y aterrorizando como constantemente lo hacía causándole más problemas de lo que podía enfrentar por si solo.- - - - -
Un tranquilo día lo habían dejado salir de su habitación después de meses de mantenerlo encerrado totalmente, con el simple contacto breve de enfermeros y psicólogos, debido a que la última vez que se lo habían permitido, había causado un accidente muy perjudicial, a los médicos y enfermeros les costó tiempo creer que el no estaba orgulloso de ello.
Agarró y puso en su pecho el pequeño conejito de peluche que poseía y con cautela salió de la habitación, topándose con el pasillo vació más la excepción de algunas enfermeras en otras salas. Caminó lentamente por todas las instalaciones siendo vigilado, se sentía contento de poder liberarse un poco de el ambiente habitual de privación de la libertad.
Caminaba abrazando al conejo turquesa, cuando se topó a lo lejos con un chico rodeado de guardias, pudo suponer fácilmente que era nuevo y les había causado problemas, pues lo tenían forzosamente agarrado del cuello, reduciéndolo para no hacer daño a nadie..-Oh, mira, un chico al cual podemos hacer sufrir un rato- dijo cosa roja.
Seguí a aquel chico con la mirada, al ver que iban hacia mi sala, corrí hacia las enfermeras
-¿Que sucedió?- dije fríamente a la enfermera Mangle-
-Te tenemos un nuevo compañero de sala- dijo de la misma manera.
-Una nueva victima- menciono cosa roja
Entre a mi sala y allí vi a un chico peliceleste, piel morena, tenia un bosal gris.
-Hola- dijo al verme entrar
-No seas amigable con esa cosa- ordeno cosa roja, mientras oía una risa de su parte-
-Quien eres- dije fríamente al chico Peliceleste-
-Soy Bon ¿Y tu?- dijo de la misma manera
-Bonnie- dije y me acosté en mi cama-
¿Porque tiene un bosal en la cara? me preguntaba
-¡DEJA DE PENSAR EN ESO! NO NOS INTERESA- grito cosa roja, haciendo que me sobresaltara
-A mi si me interesa- susurre a cosa roja-
Era la primera vez que lo hacia, contradecir algo que dijo el.
Cosa roja empezó a susurrar cosas en mi cabeza una y otra vez, pasaron varios minutos y no callaba, era inútil seguirlo aguantando, así seguiría por almenos unas horas
-¡¡¡CÁLLATE!!!- grite, asustando al chico peliceleste-
-¿p-pasa algo?- dijo ese chico, no le respondí-
-El no me deja en paz...-
Empece a ver borroso, intentaba recuperar mi visión, pero no lo lograba, era inútil, pero almenos lo intentaba.
Lo ultimo que escuche fue a Bon pidiendo ayuda, solo sonreí y caí en mi cama desmayado.
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Si Tu Lo Escucharas [One Short] #FNAFHS
Fanfiction#SickFNAFHS Es una historia sobre la pareja yaoi, o Shounen ai, la cual es: "Bon x Bonnie" Solo te invito a leerla y entretenerte aunque sea, un pequeño ratito~. Está en edición, tengan paciencia.