I Will Save You [CAMREN]

Introducción.

Hola, soy Camila Cabello, tengo 19 años, solía vivir en Miami, pero a los 15 años mi papá y yo vinimos a vivir a L.A, California ... y realmente no hay mucho más que decir de mí. No tengo amigos, no considero tener una familia: mi papá es alcohólico y no le importo, mientras que mi hermana menor fue llevada a un refugio porque decían que aquí podría morir en cualquier momento. No los culpo, es la verdad. No tengo aspiraciones, o al menos no tengo las ganas de cumplirlas, ni el dinero; de niña soñaba con ser escritora.

Solía escribirle pequeñas historia a mi mamá. Ella las amaba y yo amaba que las amara, incluso cuando ni siquiera yo lo hacía. A los 12 años, antes de que todo empezara a salir mal, escribí una historia para ella.

Yo estaba realmente asustada al escribirla, y pensé que iba a morir al dársela. La historia iba sobre un unicornio que se enamoraba de un dragón, tal vez han oído algo sobre eso. Tengo que admitir que no fue del todo mi idea, pero no importa. Así salí del closet por primera vez ante alguien. Mi mamá me abrazó y dijo que siempre iba a ser su pequeña niña amada, sin importar lo que pasara.

Y ese fue el año en que todo empezó a salir mal.

Me enamoré de una chica de mi instituto: Alexa Ferrer. Realmente me enamoré. Empezamos a ser amigas muy cercanas en poco tiempo, mi mamá y mis otros amigos me decían que tuviera ciudado con ella, que no podría ser una buena amiga para mí. Pero ellos no sabían que yo estaba enamorada y que no iba a escucharlos.

Yo realmente creí que ella sentía lo mismo por mí. A veces me agarraba de las manos y entrelazaba nuestros, me abrazaba más de lo normal, incluso a veces me besaba el cuello. Así que se lo dije. La llevé debajo de las graderías del gimnasio del instituto y le di una carta que había escrito para ella. Era obvio que no iba poder decirlo con palabras.

Grave error.

Levantó la vista, me miró a los ojos, fría, sin expresión.

-Qué asco –dijo- sabía que eras lesbiana, pero no a este punto.-y salió corriendo de ahí. Con la carta en su mano.

No volví a clases ese día.

Al día siguiente, toda mi homofóbica escuela me odiaba, incluso algunos profesores. Pero no voy a hablar más de eso. Duele.

Tres años después, en la escuela, todo era igual, yo era la lesbiana odiada. Y dolía, pero era soportable. Tenía tiempo de sobra para mí sola y podía leer libros entre clases. Pero para quinceavo cumpleaños todo se vino abajo.

Mi madre quería comprar un regalo realmente especial para mí, solíamos tener el dinero suficiente para comprar lo que quisiéramos, así que ella decidió tomar un vuelo a New York. Dejó una nota para mí el día del vuelo.

"Sé una buena niña! Te amo, Camila.

-Mamá."

En el vuelo de vuelta a casa hubo extrema turbulencia...

*Flashback*

Mamá se había ido hoy a comprar mi regalo de cumpleaños, no quiso decir qué era, pero dijo que siempre he soñado con ello. No tengo ni una pista de qué puede ser, desde que Alexa Ferrer arruinó mi vida, no tengo muchos sueños. Pero sé que mamá me dará algo increíble, ella me conoce mejor que nadie.

Realmente muero de la emoción. Mamá debería llamar en unos minutos para avisar que ha llegado a New York, yo amaría ir ahí, pero mamá insistió en ir sola.

*Al día siguiente*

Mamá tuvo un retraso en el vuelo, al parecer había turbulencia. Llegó horas después y cuando llamó, yo estaba dormida. Papá habló con ella, ¡ya tiene mi regalo! Aunque no quiso decir qué era. Papá dijo que mamá volvería hoy, lo cual me alegra, pero sé lo mucho que ama New York y me hubiera gustado decirle que se quedara al menos unos días más.

~ ~ ~ ~ ~

Papá atendió el teléfono. Yo salí corriendo hacía mi habitación para traer un abrigo ya que era una noche fría y quería ir con papá a recoger a mamá. Volví rápido de mi habitación y encontré a mi papá de cuclichas al lado del teléfono todavía sosteniéndolo, esta vez entre sus dos manos. Todo dentro de mí subió y luego volvió a su lugar en cuestión de segundos.

Me acerqué a él, una vez venía del teléfono. Lo tomé. Mala idea.

-Señor Cabello, sigue ahí –preguntó la voz de hombre, probablemente joven, a quién le importa- Señor, realmente lo sentido, la turbulencia fue muy fuerte - ¿turbulencia? No, no, ella, mi mamá, no...- necesitamos que venga a reconocer el cuerpo.

"Reconocer el cuerpo"

"Reconocer el cuerpo"

Su cuerpo.

La única persona que acepta quién soy, ella ha estado ahí mil y un veces, ella tiene que seguir ahí, ella, ella, ella viene a casa, si, lo sé. Mami trae mi regalo y leerá una de las historias que escribí para ella, me dará un beso de buenas noches y me recordará que la amo. Lo sé.

-¡NO! – grité y después de eso todo se oscureció.

*Fin del Flashback*

Dos días después de eso, desperté en una habitación blanca, con un extremo olor a medicina, y ese sonido que hacen las máquinas de los hospitales. Mi manos estaban atadas con vendas en amabas muñecas. Sentía un extraño dolor del cuello. Nunca voy olvidar ese sentimiento y todo lo que había en ese lugar.

-¿Qué hago aquí? –le pregunté a lo que debía ser una enfermera.

-Intentó suicidarse hace dos días, señorita.

Y todo volvió a mí, mamá, la soga en mi cuello, la cuchilla en mis muñecas, las lágrimas, el dolor, papá llorando, Sofi confundida. Tal vez seguía viva, pero todo dentro de mí murió en ese momento. Todo eso que nunca voy a recuperar. Todas esas historias que mamá no leerá porque ella no está más.

Desde ese día no volví a escribir una historia, no volví a escribir nada, en realidad, todo lo que podía oír en mi cabeza era culpa y odio. Nada fue igual desde ese momento, y todo cada vez empeoraba. Un, dos, tres intentos de suicidio, fallados, sigo aquí.

¿Cuánto tiempo más?