No puedo más

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Sus bellos ojos marrones  mostraban una expresión tan diferente.
Vestía un traje color gris, en su muñeca izquierda traía puesto un reloj muy elegante y al parecer caro, su cabello estaba más largo de lo normal, su colonia olía tan bien, sus zapatos estaban muy bien lustrados. Nunca lo había visto de esa manera.

-Adam.

No lo podía creer. Ha cambiado demasiado.
Del otro lado de la calle estaba estacionado un auto muy lindo, era de color negro, un negro muy profundo.

-¿Entonces era verdad?
-Dijo con dificultad.- Regresaste.

Esa no era la impresión que yo esperaba, le hacía falta algo. No era mi mismo Adam.
Pude notar que por la calle corrían mis amigos a toda prisa, al notar que Adam estaba ahí, tomaron el valor y corrieron a mi lado.

-¡Eres un hijo de puta! ¿Aún tienes el valor de venir aquí?

Jamás en mi vida había oído esa expresión de la boca de Robert.
No sabia que pasaba.

-Aver marica, ¿me dejas hablar con ella?

-¡Ella no tiene por qué hablar con un imbécil como tu!

Mi hermano, gritó muy furioso mientras salía de la cocina.

Los tres hombres se colocaban al frente de mi, mientras que mi delicada amiga trataba de meterme a casa. Me rehusaba a entrar hasta que alguien me explicará todo.

Gracias a mi brusquedad, me safe de Aly y corrí al frente de los tres hombres que, de alguna extraña manera, intentaban protejerme.

-¿¡Qué demonios esta pasando!?

Grité eufórica.
Todos se quedaron el silencio. Del otro lado, en la auto negro, una chica de buen cuerpo bajaba. Tenia toda la elegancia del mundo, era jodidamente hermosa, traía un vestido rojo que le quedaba a la perfección con sus curvas, sus tacones resonaban en el suelo, su cabello estaba en ondas y el color castaño que traía puesto le sentaba de maravilla, era la española, Denise.

No podía creer lo que estaba viendo. Denise se acercó a Adam y se sostuvo de su brazo.

-¿Has terminado, cariño? Ostias que tengo bastante hambre, macho.

Le susurro al oído en ese perfecto acento español. Quería morirme ahí mismo. Yo no dejaba de ver aquellos ojos marrones, era difícil ya que los míos estaban a punto de estallar en lágrimas.
Quería una explicación y la quería ahora mismo.

-Dame un poco de tiempo, necesito arreglar esto.

-De acuerdo, pero debes recordar que tenemos una cena esta noche y no podemos llegar tarde.

La española me miró con descaro y regreso al auto negro.
Adam no sabia como decir una simples palabras. Camino temeroso hacia mi y al instante los tres hombres que aún estaban detrás mío, se movieron aún más cerca de mi.

-Me será difícil hablar contigo si esas cosas me amenazan.

-"Esas cosas", como tu nos llamas, en un abrir y cerrar de ojos te harían pedazos.
-Tonny salió al ataque.

-Tu cierra la boca, esto no es con ustedes. Es con ella.

Yo estaba pretificada, no dejaba de ver esos ojos marrones. Solo quería que fuera un sueño.

-¿Qué fue lo que pasó?

Dije en un susurro muy débil. Quería ahogarme en mi propio llanto, pero tenía que ser fuerte.

-Lía, puedo explicarlo todo. No es fácil, pero...

-No me mientas.

Seguía con una calma, misma que en unos momentos perecerá.

-Jamás te ame.- resoplo -Solo fuiste un juguete en mi camino. Ahora encontré al verdadero amor de mi vida y no la dejaré jamás. Esto se acabo.

Sentí como mi pecho se hacía cada vez más pequeño, no podía respirar y mucho menos estar en pie.

-¡Eres un imbécil! ¡Te voy a matar! ¡Eras mi amigo y confíe en que le darías amor a mi hermana!

Tonny y Robert trataron de no soltar a mi hermano, así no haría una estupidez.

-Vete de mi vida y no vuelvas más...

Mi garganta estaba echa mierda, mis ojos imploraban que les dejará llorar. No podía más.

-Lo siento tanto.

Trato de darme un abrazo, pero me retire. Me daba asco, el simple hecho de verlo me hacia sentir fatal.

-¿Qué no me oíste? ¡¡Te dije que te fueras!! ¡¡Vete!! ¡¡Largo!! ¡¡Te odio Adam, te odio!!

Le grité con todas mis fuerzas. Y con aquella mirada que alguna vez me enamore, con esa misma mirada, llena de lágrimas, se fue.

....

#YaCasiElFinal.

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