1°Encerrados

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Salí de la escuela temprano ya que no había ido el maestro de la última clase, iba caminando hacia mi casa y de pronto me dieron ganas del ir al baño, me encamine al baño publico, ya había terminando, me estaba lavando las manos cuando azotaron la puerta «brinque un poco» y escuche gritos ¿Qué sucedía? Al voltear vi a un hombre pegado a la puerta con la respiración agitada y una gran barba, mi corazón palpito muy rápido, tenía miedo, el hombre me miro y sonrió, la voz no me salía, corrí como pude hacia un cubículo, el último, me encerré y empecé a temblar mi vida corría peligro, iba a llamar a mi amigo con mi celular pero me di cuenta que deje mi puta bolsa en el lavabo «Estúpida».

—mmm, amiga— toco la puerta, di un brinco y me subí al retrete, estaba llena de pánico.

—¡¡¡Vete!!! No-no-no me harás daño ya viene una patrulla ¡vete! Llevate mi bolso pero déjame en paz!!!— con dificultad dije eso —¡¡¡Ayuda!!!— me asome por la ventana del cubículo que daba para la calle, espero haber sonado lo suficiente para llamar la atención, pero...¡no había nadie fuera!, «estoy perdida»

—tranquila, disculpame si te asuste, es que unos chicos me estaban siguiendo creí que me harían algo, yo también estaba asustado, aquí esta tu bolso— me lo paso por debajo de la puerta del baño —no le saque nada, te lo juro, revisa si gustah.

—pues...gracias, ¿porqué no te vas de una vez?

—no te asustes más pero creo que esos chicos siguen fuera— me sentía súper angustiada llena de pánico, realmente no creía en este hombre y no planeaba salir, vi mi bolso y...sí traía todas mis cosas no me hacía falta nada, en un momento la puerta del baño (la principal) fue forzada.

—¡¡¡NO!!!— el hombre de fuera de mi cubículo grito desesperado y escuché como corría hacia la puerta principal.

Estoy segura que si llegaba a mi casa iba a tener que cambiar mi pantalón y bragas, quería gritar y llorar por el miedo que tenía, me tape la boca con las manos y mis ojos se llenaron de lágrimas.

—¡¡¡Chica por favor ayudame!!! ¡¡¡ayudame!!!— sonaba muy desesperado —entiendo que te asuste pero creeme no quieres que estos chicos entren ¡Ayudame!.

Si salía podría ser una trampa y me violarían, yo no quería eso pero...podría ser verdad, ese hombre me devolvió mi bolso y no le saco nada, suspire profundo y abrí la puerta del cubículo, me asome poco y vi al hombre forcejear con los chicos de afuera, él me miró, tenía miedo, era verdad, sus ojos pedían a gritos que lo ayudase.

—Ayudame— dijo temblando y con desesperación.

Salí del baño corriendo y le ayude a empujar la puerta, soy una idiota me la estaba jugando en grande, este hombre podría ser el enemigo pero ya estaba confiando en él.

—gracias— Sonrió con algo de esperanza y un poquitito de "tranquilidad".

—por nada— empuje con fuerza y logramos cerrar algo.

—¡¡¡chicos con más fuerza!!!— grito uno de ellos, me desespere.

—No no no, va a entrar!!! Ellos van a entrar— mire al hombre que estaba conmigo.

—no, no va a entrar, confía en nosotros, a las tres empujas con todas tus fuerzas— asentí con el corazón latiendo al mil.

—una, dos, tres!!!— empuje con todo lo que podía y logramos cerrar la puerta —yo...tengo que ir al baño (-///_ ///-) ¿puedes quedarte aquí?— estaba todo rojo, en su voz había un tono de miedo estábamos igual

—s..sí— a penas se escuchaba lo que decíamos prácticamente susurrabamos por el miedo que nos invadía, tome mi celular y llame a la policía

—hola ¿en qué podemos ayudarle?...

—Por favor por lo que más quiera mande una patrulla a (---inserta dirección---) estoy encerrada en un baño público fuera hay unos chicos no sé cuantos pero quieren entrar, estoy muy asustada de verdad, vengan por favor— hable desesperada.

—bien señorita una patrulla va en camino, no me cuelgue, cuente me ¿cómo fue?.

—venía de la escuela cuando fui al baño por que aun falta para llegar a mi casa y vine aquí, de pronto cuando me lavaba las manos un hombre entro al baño

—¿te hizo algo?— preguntó preocupada.

—no, yo me asuste y corrí a encerrarme en un cubículo pero deje mi bolso en el lavabo.

—se lo ha llevado supongo

—no, me lo regreso, él es un buen hombre pero a él lo perseguían estos chicos y forzaron la puerta y entre los dos cerramos, ahora ellos están fuera y tratan de entrar— en eso la luz se apagó y pegue un grito —¡¡¡apagaron la luz!!! Por favor lleguen ya!!!— la puerta empezó a ser forzada de nuevo —quieren entrar!!— mi corazón estaba a punto de estallar, mis ojos se llenaron de lágrimas —por favor...no quiero morir— empuje la puerta.

—chica— era el hombre que me ayudaba —no llores— sonrió —no nos va a pasar nada ¿vale?

—pero

—no. Vamos a salir bien, tranquila— beso mi frente —ahora vamos a impedir que entren— me quede sorprendida, pero lo ayude.

—tengo que colgar

—Chica no cuelgues ya vamos en camino, no se preocupen

—b..bueno— deje el celular y empuje la puerta. Se escuchó una patrulla y tocaron la puerta, tome mi celular —¿ya están aquí?

—sí. Ahora estas segura chica— mire al hombre y asentí

—espera, ¡no vamos a abrir!

—tranquilos chicos somos policías, abran están a salvo ahora— tome mi bolso del suelo y me puse junto a él, abrió la puerta y vimos a los policías, me sentí más aliviada.

Nos escoltaron hasta la patrulla y de ahí a nuestros hogares, en el camino el hombre que me ayudo se quedo dormido, ahora que lo veía bien me pareció lindo. Su barba le quedaba bien y su pelo chino era hermoso, una lágrima rodó por mi mejilla y uno de los policías me hablo

—ya paso, te prometo amiga que estarás bien

—gracias— al llegar a mi casa me pidieron mis datos y los de él hombre, él les dijo que se llamaba Abraham, en unos días me llamarían para platicarles del asunto, baje del auto me despedí de todos y fui a mi piso —Abraham— repetí su nombre.

Extraña Realidad (Cheeto&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora