Capítulo 6

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Hoy comienza el primer día de clases; y no tengo la más mínima idea de qué voy a hacer. Como no fui seleccionada en ninguno de los grupos, no tengo ningún horario o un itinerario de clases. Sí, la directora dijo que al comienzo iba a estar en el grupo de los licántropos; pero, no he recibido información alguna, las clases comienzan en media hora y yo sigo aquí acostada en mi bella cama viendo como Layla corre de un lado al otro preparándose para las suyas.
No sé cuando será el día en que esta chica no este corriendo por ahí.
Ella comienza con algo de botánica en el grupo de ninfas, luego, si mal no recuerdo, tiene práctica de arquería con los elfos.

- Dioses, no es la primera vez que hago esto, pero cada año se siente como si así lo fuera.- Habló Laila mientras cepillaba su cabello.

- Menos mal que no estás en mi lugar, que además de ser nueva ni si quiera tengo los horarios de mis clases.

- Tienes razón. Creo que si yo estuviera en tu lugar ya me hubiera agarrado un ataque o algo.- Dijo mirándome a través del espejo.- Aunque de todas formas es raro. Me refiero a que, son las mismas clases, quizás con nuevos alumnos, pero comenzar de nuevo el año escolar es como, no lo sé... Se siente como estar cada año aproximándose a algo, y una vez que llegues a ese algo no saber qué hacer después.- Suspiró mientras comenzaba a guardar algunos libros en su mochila.

- ¿Te refieres a que no sabes qué vas a hacer con tu vida una vez que termines tus estudios aquí?- Ella asintió y se encogió de hombros para luego darse la vuelta y buscar algo en su armario.

- Sí. Digamos que es eso; quizás una vez que termine aquí vaya a casa de mis padres en Mithlond.- Mithlond es una de las ciudades más grandes que existen en el Mundo Elfo, al que sólo podías llegar mediante un portal oculto en los bosques y que sólo los Elfos conocían la forma de encontrarlo.

Estábamos cada una metida en sus asuntos, cuando se oye que tocan la puerta. Layla me hecha una mirada para que abra ya que ella por lo visto se encuentra muy ocupada. Rodé los ojos y con pereza fui a abrir. Mi sorpresa fue grande al encontrarme detrás de la puerta a quien menos me esperaba. Hice una mueca en la cual expresé todo mi disgusto.

- ¿Qué haces aquí?- Pregunté con fastidio. Cameron alzó una de sus perfectas cejas. Maldición, haciendo eso se ve condenadamente sexy.

Concéntrate tonta.

- La directora me mandó a buscarte.- Se cruzó de brazos.- Al parecer debo enseñarte a luchar por lo menos hasta que te integres de forma definitiva al grupo de Licántropos. No dio detalles.- Se encogió de hombros con desinterés. Y con eso mi mal humor creció.

-¿Tendré que ver tu cara de idiota todos los días? No, aún peor...¿Tengo que practicar contigo?- Dije con hastío. El sonrió con arrogancia.

- Muy pocos tienen esa suerte.- Afirmó para luego mirarme de arriba a abajo. Hizo una mueca de desagrado y dijo:- Cámbiate. Ponte ropa cómoda y luego ve a la sala de entrenamiento.- Ordenó con ese aire de comandante de ejército al que tienes que obedecer si o si.- Y no tardes.- Sentenció para después darse la vuelta y desaparecer por el pasillo.

Cerré la puerta y suspiré con cansancio. Genial, tendré que entrenar con él. Dioses, denme paciencia.

- Wow, eso va a ser interesante.- Dijo Layla ya lista y con una sonrisa burlona.

- Cierra la boca.- Rodé los ojos.- Ahora bien, ¿Dónde diablos queda la sala de entrenamiento?- Dije mientras iba por ropa deportiva para cambiarme. Entrenar con Cameron iba a ser una tortura. ¿Es que acaso he sido una loca, psicópata, asesina de gatitos, en mi vida pasada?

- Tranquila, yo te llevo.- Ofreció mi amiga, y me fui a cambiar mi pijama por ropa cómoda para luchar.

Layla esperó pacientemente a que terminara de prepararme, y por paciente me refiero a que cada treinta segundos estaba recalcándome la hora y diciendo que me apurara porque iba a llegar tarde a su clase de botánica. Yo mientras tanto le decía que no se quejara ya que fue ella la que se había ofrecido a llevarme a esa estúpida sala de entrenamiento. Estuvo a punto de tirarme con una silla por la cabeza, pero antes de que pudiera yo ya había terminado y estaba lista para una tortuosa mañana.

Híbrida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora