Eres Mi Catarina Favorita (Lilanette-Miraculous Ladybug)

Me gustas.

HOOOLA CHICOS Y CHICAS <3 <3 <3 <3

PERDÓNENME POR NO ACTUALIZAR. EN SERIO. Mi padre tuvo problemas médicos y me tuve que aislar del medio por una temporada, pero estoy de vuelta nenes.

Wow, no puedo creer el apoyo que ha tenido este fanfic. Muchas gracias, chicos. <3 Ahora sí, sin más preámbulos, ¿Listos ? 7w7

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(Punto de vista de Marinette)

Oh no, ¡un akuma! ¿Cómo es que la gente se podía molestar a tales horas? ¿Cómo es que no podía tener un momento de descanso? Maldita sea.

Me levanté de la cama con muy poco entusiasmo, y volteé a ver a Tikki. Ella tampoco estaba muy dispuesta que digamos.

-Solo di las palabras.- Me dijo en un tono cansado, y un poco molesto.

-Supongo. Tikki, ¡transfórmame!

Con mi transformación completa, salí de mi habitación y me dirigí hacia el akuma. Curiosamente, se había provocado en una de las zonas más exclusivas de Paris, así que probablemente había sido por un niñito caprichoso o por un mayordomo jodido. Pero las causas no me importaban mucho, lo único que quería era derrotarlo rápido para obtener sólo un poco de descanso, y podría ser feliz. Cuando llegué al lugar, me di cuenta de que había acertado la segunda vez. Un traje elegante, pero con un aura espeluznante, que sacaba tenedores como flechas. Definitivamente era un cocinero. Y uno muy agresivo.

-Que horas de llegar, M'Lady.- Aquel gato que se movia con total agilidad, pero aún así que se veía en conflicto por esquivar los tenedores asesinos del villano, se dirigía hacía mí con un tono de voz completamente aparte de las circunstancias. Era dulce y coqueto. Todas las veces anteriores en las que habíamos peleado juntos aquel tono de voz me parecía tonto pero lindo, pero en ese momento sólo me molestaba. Aún con las mejores intenciones de Chat, no podía agradarme aunque quisiera. Aún así, no se lo hice notar, y con una sonrisa algo forzada le guiñe el ojo en señal de complicidad. Pareció no darse cuenta, ya que entendió y se hizo a un lado para que pudiera incorporarme a la pelea.

Durante toda la pelea no pude dejar de pensar en la plática con Tikki y en mis previos encuentros con Lila. Mis pensamientos estaban llenos de ellos. Y es que a pesar de que ya lo había aceptado, aún no podía procesar del todo lo que me estaba pasando en estos días. Y es que si se diera el hipotético caso de que Lila también gustase de mí (lo cual es muy probable, o al menos es algo que quiero creer), y llegáramos a tener una relación, ¿qué se supone que le diga a mis padres? Mis padres NO están acostumbrados al rollo actual de la homosexualidad, probablemente no me volverían a ver de la misma manera. Y yo quiero que me sigan viendo como siempre... Además, les extrañaría aún más que fuese con aquella persona que odie durante algunas semanas con todo mi corazón por andar de "zorra" con "mi" Adrien (por el cual ya no siento aquellas mariposas en el estómago, ni escalofríos cada vez que me toca el hombro). Todo esto es muy confuso, pero nunca me había sentido tan atada a un sentimiento. Siento que es mi deber seguir a mi corazón e irme con Lila, aunque mi cerebro me diga que es una estupidez y que debería retroceder. Sin embargo, tendré tiempo para pensar más a fondo en mis sentimientos cuando terminé con este akuma.

-Bye, bye, petit papillon~.- Repetí la misma frase de siempre para despedir a la misma mariposa de siempre. Después de esto, me despedí de Chat Noir con la mano, y cuando me iba a ir me agarró de la muñeca, y jugando me acercó hacia él.

-No te despediste como es debido.-

-Ajá, ¿y cómo se supone que es debido?- Le dije, apartándome de él lo más rápido que pude. No me sentía cómoda en esa posición.

-Emm... ¿Buen trabajo?- Me dijo en un tono de confusión, rascándose la cabeza. Pude percibir, en mínimas cantidades, molestia en sus palabras.

-Maldita sea, lo olvidé.- choqué mis puños contra los de él diciendo "Buen trabajo", y me voltee, dispuesta para irme.

-Bugaboo, ¿estás bien?-

-Estoy cansada. Sólo no me llames "bugaboo".- Habiendo dicho esto, salí del lugar con total tranquilidad, no sin darme cuenta de la tontería que había dicho momentos después cuando me destranformé. Oh dios, no podía haber metido la pata así. O sí podía. No satisfecha con la confusión que me rodeaba, también tuve que arruinar mi relación con Chat Noir siendo así de seca. ¿Era el sueño lo que me afectaba, o algo más? Ya no soportaba quedarme sin respuestas. Las iba a conseguir hoy, y rápido, sin importar a los problemas a los que me tuviera que exponer.

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(Punto de vista de Lila)

Lejos de lamentarme de que una persona fuera akumatizada justo en mi residencia, como al principio, me alegré. Disfruté de la pelea como nunca antes. Aún si me pidieron evacuar el edificio no lo hice. ¡Claro que no lo iba a hacer! ¿Cómo me podría perder a LB y CN peleando contra un villano que lanzaba tenedores?

Aunque debo admitir que el villano no fue la razón principal por la que la pelea me llamó la atención. Si no que noté a Ladybug... diferente. Algo en ella se me hacía increíblemente nostálgico, aunque no pudiera figurar que era aquello. De hecho, en esa pelea no me había parecido tan desagradable como normalmente lo hace, lo cual se me hizo raro. Sin embargo, después de que el akuma fuera purificado, perdí total interés en la situación. Tenía mejores cosas en las que pensar, como por ejemplo, Marinette.
Ay, Marinette, ¿qué hiciste para que me gustaras tanto?, ¿acaso lanzaste un hechizo de amor sobre mí? Jajaja, no, ya estoy pensando cosas que no tienen nada de sentido. Mari es fantástica. Es amable, tierna, cariñosa y comprensible, no es una locura que me haya enamorado de ella. Al contrario, cualquier persona con un sentido de conciencia se enamoraría de alguien como aquella chica.
Pero ella parece estar atada a la única persona que parece incapaz de enamorarse de ella. Ese chico, Adrien... Aquel chico con el cual intenté enredarme una vez y el chico con el cual mentí sobre ser Volpina, una heroína que encontré en su extraño libro. ¿Por qué lo hice? En realidad no valía la pena, pero pensaba que con un romance con el famoso modelo Adrien Agreste, hijo del aún más famoso diseñador Gabriel Agreste, mi popularidad estallaría, y podría hacer feliz a mi madre. Mi madre.... A mi madre no le importo. Ella sólo piensa en el dinero y los lujos, razón por la que cambia de hombre cada semana y por lo cual fui enseñada a hacer menos a los demás y a manipular para mi propio beneficio. En realidad, no es tan terrible como parece, podría decirse que es satisfactorio hacer que la gente te obedezca a base de mentiras y chantajes. Pero lo he dejado de hacer desde que conocí a Marinette.
Siento que es una obligación portarme bien en frente de ella y tratar de hacer que le agrade. No quiero decepcionarla. No a ella.

De repente, oí un golpe a mi puerta. Después el sonido se intensificó y no paraba. Dios mío, ¿no pueden simplemente tocar el timbre? He abierto la puerta y me he topado con unos hermosos ojos, más claros que el cielo. Era Marinette.
-

Marinette...? ¿Qué haces aquí?
Ha entrado agresivamente y ha cerrado de un portazo.
-Lila.
-Sí, ¿qué pasa? ¿Te han hecho algo?
Sus ojos se han cristalizado y me ha abrazado sin previo aviso apretandome lo más fuerte que podía, como si fuese a escaparme y no volver a su vista.
-Lila... ¿Qué has hecho conmigo? ¿Por qué no puedo tratarte como alguien normal?
Me he quedado sin palabras. ¿A qué se refería?
-Quisiera hacerte mi amiga, en verdad quiero hacerlo. Por otro lado, también daría todo por poder odiarte como toda la gente parece hacerlo... Pero no puedo. Cada vez que estoy contigo siento que mi corazón sale de mi pecho, y no lo entiendo. No entiendo este sentimiento que me haces sentir.
-Mari...
-Pero no lo odio. De hecho, me gusta el sentimiento que me provocas cuando me sonríes o me alagas. Quisiera... Experimentar más de eso. En un nivel completamente diferente.
Me ha soltado y he notado como su piel clara se tornaba roja y como sus ojos se veían llorosos.
-Lila Rossi, me gustas.
Y con esto, sus labios se han juntado con los míos y mi mundo se ha iluminado de una forma que nunca imaginé.