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Me encontraba en mi oficina haciendo las nuevas actualizaciones de mi cómic, era un éxito rotundo, tenía a un hermoso súper héroe salvando a personas indefensas y siendo el Héroe, mientras villanos asombrosos querían destruirlo, pero a pesar de todo el héroe siempre triunfaba.

Casi no iba a reuniones ni a fiestas los fines de semana, mi vida era hacer cómics, ir a la universidad y enfocarme en mi vida laboral, jamás tenia tiempo de hacer otras cosas como ir a conocer lugares nuevos o ligar con chicos de mi curso, pero no era tan malo, no era ni la primera ni la última en ser la típica antisocial.

Mis amigas también no contaban conmigo, sabían que no iría con ellas o buscaría un pretexto para no presentarme y era lo mejor para todas.

Mi cómic era mi vida, de verdad le ponía tanto empeño. Mi personaje favorito siempre fue el Héroe principal, un chico estudioso, amable, caballeroso rudo y fuerte. Siempre soñaba en encontrarme a un tipo igual pero desgraciadamente me encontraba a cada patán y vulgar muchacho que no servía nada más que para dar alas para después soltarte para que cayeras lenta y dolorosamente.
Yo ya había tenido un rompimiento anteriormente Y fue demasiado doloroso, por eso jamás pensé en tener otro novio después de él y me consolaba haciendo a mi chico perfecto en ese cómic y no era la única que pensaba que mi héroe era perfecto, sino todos mis millones de fans que leían esa trama.

Una mañana de martes me sentía tan enferma que decidí no actualizar el cómic, ya que luchaba por hacerlo pero era mejor reposar.

Todo el día estuve chateando con mis amigas y viendo películas acostada en mi cama, de verdad me sentía tan mal. Cuando dieron las 6 de la tarde empecé a sentirme somnolienta y me quede dormida.

Dormí muy cómodamente de verdad fue uno de mis mejores descansos, pero cuando desperté mi alrededor no me era conocido. La habitación en donde estaba era tal cual me gustaría tener la mía pero que por falta de presupuesto nunca tendría me emocioné pero me asusté y pensé: – ¿Qué rayos hago en un departamento tan lujoso?–

Me levanté de la cama y salí a el patio a ver dónde estaba pero nada me sonaba familiar, salí de aquel departamento para adentrarme a la ciudad y tratar de averiguar donde estaba; de pronto oí un grito:
– ¡La villana!, ¡Es Sapphire!–

Yo miré a todos lados y no veía más que a gente correr y apuntarme, me mire en un vidrio de el edificio más cercano y note que mi vestimenta era muy rara, ¿yo era la villana?.

Yo corrí antes de que viniera uno de mis superhéroes a reprenderme pero fue demasiado tarde, mi perfecta creación había llegado a poner orden.

Yo lo mire tan perfecto que me paralice, pero él no me miraba con ojos de amor sino de enojo. Estaba dispuesta a escapar pero no sabía qué poderes tenía ni nada de eso, Por ello corrí aunque no era muy buena deportista así que me alcanzó y me sujeto. Él con un tino serio me dijo:

– ¿Aun trabajando para el mal?, apenas saliste de prisión, no puede ser que no aprendas la lección–

Yo un poco nerviosa por su encanto le dije tartamudeando:

– B-bueno... V-veras, Yo no quise hacer eso... Y-yo no se que hago aquí, déjeme ir, le prometo que no volverá a pasar –

Él me miro sorprendido y me dijo:

– Pues te creo, es que no pareces tu, la tu de antes era mala y no se ponía nerviosa, era mas violenta y tenia una expresión muy fría, creo que usted Sapphire  la villana mas mala ya no existe, esta curada. ¡Vaya a casa!–

Me bajo levemente y me sonrió al despedirse. Yo casi me derrito, hable con mi chico perfecto pero aun así ¿por qué estaba dentro de mi cómic?, no podia creer que yo estaba en mi propia trama.

La VillanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora