Harry & Louis (Larry Stylinson)

-no puedo creer lo que los medios pueden inventar para ganar un poco más de lectores. ¡Es sencillamente repugnante, indignante! -decía, maldecía aquel robusto señor mientras agitaba en el aire las páginas sociales del diario

-no sé porque piensas eso. Y, en todo caso, los únicos afectados seriamos Louis y yo- respondió a su padre aquel chico de piel pálida y rulos negros. -quiero decir, ya me he acostumbrado a todas esas habladurías y creo que todos ustedes deberían hacerlo también.

-Harry, entiende, lo del hijo mujeriego ya era difil de llevar pero ahora no es tan fácil hacer como que no me importa que digan que mi hijo es gay... y para serte sincero aun no me explico como tu te lo tomas tan a la ligera...

Y sin antes dejar que Des terminara la ültima palabra Harry interrumpió contundente.

-¡es que no es algo tan grave,¿sí? - su tono de voz ya no era tan sutil y se tornaba enojado.

Des lo miraba desconsertado desde el sofá en el que leyò aquella nota en el periodico, era la primera vez que Harry le hablaba de esa manera.

Harry estaba molesto y esta vez era en serio, estaba demasiado cansado de darle explicaciones a todo el mundo, de no poder respirar, de no poder ser feliz.

No entendía, o no queria entender porqué a la gente le interesa tanto su vida. Luego, inconscientemente se respondía: la culpa la tenia la fama.

No es que él fuera un desagradecido, simplemente estaba agotado.

Salió de la casa de su padre sin despedirse dando un portazo detrás de él para, inevitablemente, encontrarse con 5 o 10 paparazzi en la entrada en busca de la nota disparando sus flashes como si de armas letales se tratara

-Hey, Harry, amigo a quién vienes a visitar ¿una chica linda, quizás?- se escuchaban las voces de aquellos reporteros.

Él se limitaba a sonreir timidamente, o mejor dicho, incrédulo.

"Harry Styles tiene un nuevo amorío de entrada por salida" sería el encabezado de mañana. Algo demasiado gracioso tomando en cuenta que solo unos pocos sabrían que no visitaba a su nueva conquista sino a su padre.

Subió a su auto y condujo lo más rápido que pudo para alejarse se esos bichos metiches.

Necesiba algo, más bien, a alguien y ese alguien era Louis Tomlinson.