Eternamente {n.h}

9.1

Seguimos en la fila, faltan pocos para nuestro turno.

— Ve a tomar una mesa, se acaban, yo compro la comida — me hace señas para que vaya directo a una mesa desocupada.

— Okay, yo quiero mi jugo de ... —

— Manzana o Naranja con limón si si ¡corre! —

— Te quiero — sonrío y voy directo a la mesa.

Voy a sentarme justo donde mi amiga me dijo, es una buena mesa, nunca nos habíamos sentado aquí. Me agrada.

Ella sigue en la fila, hay mucho ruido aquí y a pesar de que me gusta el ruido no es precisamente lo que quiero escuchar ahora.

Tomo mi celular, me pongo mis auriculares y escucho mis canciones en aleatoria.
Lady Antebellum, de mis bandas de country favoritas.

Veo a la gente pasar de un lado a otro, todos están en su propio mundo.
Siento miradas algunas veces pero lo ignoro.
Esta por terminar la canción cuando una chica rubia junto con dos chicos se paran enfrente de mi.

— Es nuestra mesa — la chica me mira con odio o quizá solo es molestia, pero si las miradas mataran, yo ya estaría muerta.

— Lo siento, llegue primero — les digo, los chicos parecen hermanos, cabello negro y ojos miel, la chica rubia con ojos cafés.

— ¡¿Disculpa?! —hablo la chica, los dos chicos solo la miraban.

— Lo que escuchaste ¿o lo repito? — no iba a dejar que ella me hablara y tratara así.
La mesa no es de su propiedad.

— Es NUESTRA mesa — sube el volumen en la segunda palabra y solo la miro, no le daré el gusto de irme.

— Llegue primero, lo siento — esta chica cree que por que es "popular" le estaré haciendo caso, si claro.

Ella me mira.
Yo también a ella.

Ninguna aparta la mirada y no pienso hacerlo.
Cuando menos lo espero ella toma mi celular que había dejado en la mesa, va a aventarlo cuando ella ve la pantalla.

Esta la imagen de One Direction ahí, esta reproduciéndose una canción de ellos.

— Por dios, ¿te gustan estos idiotas? — lo dice como si fuera lo más patético del mundo. Odio su tono de voz.
Es mil veces peor que la de mi hermana.

— Eso no te incumbe — me levanto de la silla y trato de quitarle mi celular, ella lo evita a toda costa. — Solo dámelo ¿quieres? —

— ¿Y si no? — me esta retando, mas vale que no lo haga, no me conoce.

Las dos nos miramos nuevamente, la veo mas de cerca, tiene varios lunares y una pequeña cicatriz en la ceja izquierda aún así es linda, pero de que sirve si tiene ese maldito carácter y actitud.

— Toma — dice de repente. —No quiero pelear con una niña patética que le gusta ese tipo de "cantantes", eres igual que ellos, patética, idiota e insignificante.

Me lanza ligeramente mi celular.
Yo lo atrapo.

Trato de ignorar sus palabras, pero no puedo. Me dolieron.