Lo que callamos.

12 0 0
                                    

Desde pequeña me han criado con la idea de que no podía decir lo que pensaba en mi propia casa y no sabeis como me revienta.
Sé que el sueño de mi madre siempre ha sido irse de casa de sus padres, incluso de la misma comunidad autonoma o país si es posible, pero nunca entendí por qué. No obstante, con el paso del tiempo fui creciendo, tanto por dentro como por fuera y me di cuenta de muchas cosas que antes no comprendía. Todos los que dicen que la ignorancia trae la felicidad están en lo correcto. Me di cuenta de que mi madre odiaba su vida, que se ahogaba, que ella no ha nacido para vivir entre estas paredes, cuidando a dos ancianos que han arruinado su infancia y parte de la adolescencia . Mi madre es una flor, la más bella del mundo, pero su tallo apenas ha crecido.
Yo siempre odié la situación en la que vivía, incluso antes de saber por qué la odiaba.  Ya de niña quería escapar de casa y recuerdo una época en especial en que luchaba con uñas y dientes por huir de donde estaba, que tenían que encerrarme para que no me fuese corriendo.
Ellos dicen que ella no se preocupa de nada, pero si fuese así ya se habría ido hace mucho.
Y ahora que soy una adolescente, tras arruinarle la vida a la persona que más quiero, quieren hacer lo mismo conmigo, luchan porque me quede, intentando chantajearme emocionalmente, sin saber que lo único que odio de tener que irme es saber que ella se queda con ellos, con sus torturadores personales, listos para amargarle la vida hasta su muerte, como si no tuviese suficiente con sus demonios, que por cierto, son un regalo.

KissesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora