Prólogo : Un día no tan normal

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-Ylenia!- La voz de mi hermana Maryse se escucho potente a pesar del gran tramo de escaleras que nos separaban. - Leni , ya está la comida ¿Quieres bajar de una vez?- Baje velozmente por las escaleras . No me sorprendió ver un enorme puchero , la sopa casera de mi hermana , era lo único que sabía cocinar .

-¿Déjame adivinar .. Mmm.. Sopa ?-

-Anda calla .. ¿Quieres comer o que ?- No pude evitar una pequeña risita , y enseguida me senté en la silla de mimbre y empece a sorber la deliciosa y humeante sopa - Recuerda que mañana tienes que venir a trabajar - Era la trigésima vez que me lo recordaba. Así qué cansada respondí :

-Si , si ..- Maryse me miro algo ofendida

-Leni , esto es importante , te estoy dando demasiado coba por ser tu hermana , pero no te voy a consentir ni una mas , no puedes faltar tanto , tienes que aprender a ser responsable Leni -

-Escucha , un despiste lo tiene cualquiera -

-Y dos .. Y tres .. -

-Si sí te he entendido , te juro que mañana voy ¿Puedes dejarme en paz ya ? -

-Más te vale ...- Desde que tenía 13 años mi hermana , me dió trabajo en su tienda de polvos mágicos , mi hermana era una recolectora , básicamente lo único que sabía hacer era extraer polvos mágicos de los huertos de ázucar y venderlos , yo , sin embargo , nací para ser madrina ( como la mayoría de las hadas) , es decir , cuando cumpla los 18 años me asignaran a una niña o niño infeliz , para que les ayude a tener una vida mejor , pero mi hermana ( que es idiota ) insiste en que aunque no me vaya a dedicar a recolectar , tengo que aprender a manejar un trabajo . En parte fue culpa mía , cuando tenía 12 , era un bicho y mi hermana no aguanto mas tiempo pidiendo disculpas por los desastres que causaba, supongo que este ha sido su castigo..

Me terminé rapidamente la sopa y subí corriendo a mi cuarto , cerré la puerta , me sente en mi cama , me puse los cascos y me deje sumergir en otro mundo, mientras escuchaba música clásica , esto podría ser raro para cualquier adolescente , pero a mí me encantaba el sonido del piano . Resulta fascinante , cómo esos pequeños detalles de la vida , como la música , soplar un diente de león o bajar al salón y encontrarse con tu comida favorita , pueden alegrarle el día a una . Cuando estaba apunto de quedarme dormida en mi hamaca , oí un grito de mi hermana , pero no sonaba cómo sus gritos de queja normales , si no un grito de dolor , al principio decidí ignorarlo , pero entonces oí un estrepito , como un golpe enorme , baje corriendo las escaleras , esperaba encontrarme con mi hermana gritandome por que no había limpiado mi bol , pero en vez de eso , ví que la ventana del comedor estaba abierta de par en par , busqué por todos lados histérica , y nada . Mi hermana había desaparecido.

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