MidoAka
—Takao, tú y Midorima hacen una pareja muy bonita —indicó Kuroko, regalándoles una sonrisa, mientras bebía una malteada de vainilla.
—Pienso lo mismo Takaochii— le dijo el rubio al mismo tiempo que les guiñaba un ojo.
—Gracias chicos, me alegra que ustedes piensen eso acerca de nosotros. ¿Qué opinas tú, Shin-chan?
—No deberías exagerar Takao, somos novios pero no creo que seamos una pareja "muy bonita" —expresó el peliverde acomodándose sus anteojos— pienso que somos como cualquier pareja común y corriente.
—Tú siempre tan serio en esta relación... pero aun así no me importa, porque yo te quiero y sé que tú también me quieres —le dedicó una sonrisa casi forzada, que al instante el rubio pudo notar.
Al término de las palabras de Takao, Kise rápidamente le dio unas palmadas en la espalda a Midorima.
—Ya vengo, Shin-chan —indicó el pelinegro levantándose de su asiento y dirigiéndose al baño.
Al ver que su amigo se fue al baño con la cara desanimada, el rubio instantáneamente lo siguió para asegurarse de que estaba bien; pero al llegar al baño y abrir la puerta, se topó con la escena de su amigo llorando frente al espejo del lavamanos.
—Takao, ¿Estás bien? —le preguntó cuando cerraba la puerta atrás de él, lo cual hizo exaltar al otro provocando que se limpiara rápidamente las lágrimas de su rostro, pensando que el rubio no lo había visto llorar.
—Kise me espantaste, ten más cuidado, pensé que eras Midorima. ¿Qué haces aquí? Tú deberías de estar con ellos.
—Perdón... no era mi intención espantarte, pero como vi que te dirigiste hacia acá con cara desanimada, decidí venir para ver si te encontrabas bien — dijo pasando por alto el hecho de que su amigo estaba llorando.
—Sí, estoy bien, no te preocupes.
Trató de mentir, pero supo que no le iba a dar resultado, ya que Kise sabía perfectamente cuando él mentía, ya que lo conocía de años. No tuvo más remedio que hablar con la verdad.
—Bueno, sinceramente me da algo de dolor cuando Midorima se expresa así de nuestra relación—bajó la mirada y la dirigió a sus pies.
—Tú sabes cómo es Midorima, a veces puede ser un tonto sin sentimientos, pero yo estoy seguro de que te quiere— le dijo mientras se acercaba para abrazarlo con cariño, a lo cual el más bajo le recibió con una sonrisa.
—Gracias, Kise.
—Takao, ¿Te puedo hacer una pregunta?
—Sí —asintió un tanto extrañado.
—¿Qué harías si en algún momento de la relación, Midorima te llegara a ser infiel? —al escuchar la pregunta la sonrisa del más bajo se borró y se quedó pensando en lo que le había dicho el rubio— mira... ¿Sabes? No me hagas caso, soy un completo idiota al hacer esa pregunta, mejor olvida lo que te dije —dijo mientras se rascaba la nuca.
Takao no le respondió, sin embargo, trató de borrar la pregunta de su mente pero no lo logró. ¿Qué pasaría si su Shin-chan le llegara a ser infiel? Claro que eso no podría pasar, ya que él estaba completamente seguro de que su relación jamás terminaría, ya que Midorima había sido quien le había pedido ser su novio.
"A veces no se sabe lo que el destino tiene preparado para nosotros"
La tarde transcurrió normal, la pareja junto con los dos amigos salieron del Mc Donald's, se encaminaron hacia un parque cercano. Paseando por ahí, el rubio y el peliazul se encontraron con un cachorrito escondido entre los arbustos, Kise se sorprendió, ya que, al ver al cachorro, pudo observar que sus ojos se parecían a los de Kuroko. Midorima y Takao seguían caminando juntos sin prestarle atención a lo que sus amigos hacían, el pelinegro caminaba abrazando el brazo del peliverde, observó que por el lugar había una pareja sentada en una banca y frente a ellos se encontraban un par de niños jugando a perseguirse; dedujo que la pareja estaba casada y que los dos hermosos pequeños eran sus hijos, ya que se parecían mucho a la pareja. Rápidamente volteo a ver el rostro de su novio que, como siempre, estaba serio.
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DESTINO CON HERIDAS
Fanfiction[En edición y corrección] Takao y Midorima son pareja. Takao es muy feliz con la relación, y piensa que va a durar mucho tiempo con Midorima, pero lo que no se esperaba era que la llegada de un nuevo estudiante fuera a cambiar las cosas. "A veces no...