Kim Taehyung, un joven maestro de matemáticas.
Jeon Jungkook, un alumno con demasiados problemas y pocos amigos.
A los ojos de Taehyung, todo se trataba de un amor juvenil, pero era mucho más profundo que eso, más fuerte y más obsesivo.
A veces des...
Después de ese día Jungkook me evitaba a toda costa, era el primero en salir al terminar la clase y cuando nos topábamos en los pasillos agachaba su rostro o corría lejos de mí.
Soy un idiota, la he cagado.
Lo único que me alegra es que me hizo caso y evita a Jimin de igual manera, se sienta lejos de él y lo ignora cuándo lo llama.
Era muy difícil para mí, una tortura, todos los días veía su cara tan tierna, lucía tan lindo mientras se concentraba, pero cuando me atrapaba viéndolo se ponía muy nervioso. Debo dejar de mirarlo así, no vaya a pensar que soy un enfermo sexual.
Les pedí que dejaran los cuadernos en sus pupitres antes de salir, los revisaría para calificar y se los entregaría hasta el día de mañana.
Después de almorzar fui directo a mi oficina y empecé a revisar los cuadernos, Namjoon era hasta el momento la nota más alta como era de esperar.
El último en revisar fue el de Jungkook, por alguna razón me sentía culpable de abrirlo, es como si de alguna forma invadiera su privacidad. Comencé a checar los problemas, para mi sorpresa la mayoría estaban correctos, estaba a punto de cerrar el cuaderno cuando unos rayones mal borrados llamaron mi atención, entrecerré los ojos para poder leer...
"Mr. Kim <3" no mentiré, estaba sorprendido, muy sorprendido, una alegría inexplicable se apoderó de mí, puedo imaginarlo borrando con desesperación la nota para evitar que la viera, sonreí inconscientemente.
Escuché unos leves golpes en la puerta.
-Adelante- dije sin prestar atención a quien entraba
-Mr. Kim...
Tenía muchos días de no escuchar su voz, voltee rápidamente hacía él sin terminar de creer que estuviera aquí.
-Jungkook, que sorpresa, ¿Qué te trae por aquí?
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Se veía intranquilo, se acercó a mi escritorio y tomó su cuaderno con rapidez
-¿lo vio?
-¿qué?- fingí demencia
-Nada...- se dirigió hacia la puerta, tenía que hacer algo, no podía permitir que se fuera de esa manera
-Fingiré que no vi nada, si así te sientes más cómodo
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