Capítulo Único

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Conocí a una linda chica por internet, debo admitir que q pesar de que yo la encontré a ella, la que dio el primer paso fue ella. Yo no me atrevía a hablarle ni se me ocurría que decir. Era un tanto menor que yo e íbamos a colegios diferentes. No sabía que de conversar, pero ella si supo. Hablamos de dibujos que teníamos en nuestros perfiles; fue una conversación tan normal, parecía que no fuéramos desconocidos, que nos conocíamos de años y podíamos de cualquier cosa. Intercambiamos números y comenzamos a textearnos cada vez que podíamos. Era verdaderamente única. Era sincera y natural, algo loca pero original, tierna pero independiente y muy optimista. Era un ser extraordinario.

Debo admitir que tenía deseo de conocerla en persona desde el primer instante, tardamos un mes en poder juntarnos. Al conocerla me dejó impactado. Era igual que en chat, sólo que más espontánea, aún más ella. Era perfecta.

Luego de ese breve encuentro, no la podía sacar de mi mente, pero no era tan simple todo. Ya me habían lastimado bastante y no me expondría de ese modo. Aún así fue ella la que dijo prime que yo le gustaba. No lo podía creer. Siempre era tan sincera.  Acordamos vernos en un par de semanas, pero el día acordado no podía ir a la hora dicha. Me sentí mal por estar corriendo la hora. Yo no podía a las cuatro y ella no podía a las seis, pero lo triste fue que ella aún así estuvo hay de las cuatro hasta las seis. Me llamo y no escuché. Estuvo y yo le falle. Ella se escapó de casa y yo no fui. Pero no era mi culpa, fuerzas mayores me impedían ir. Cuando volvimos a hablar ya no era igual. Entre su nueva frialdad y mi falta de tiempo no me pude excusar ni explicar, pero ,otra vez, fue ella la que dio el primer pasó. Se alejó. Ella ya no quería perder el tiempo en mi. Se sentía abandonada.

Al irse fue extraño, tenía la esperanza de que volviera en algún momento, pero no lo hizo. Un día fui a buscarla al colegio, se veía radiante y vivaz entre la multitud, no me pude acercar; al momento de que se alejó de la muchedumbre ya se podía notar a la distancia como tenía herido el corazón. No me pude acercar. No quería que sufriera por algo que no podía arreglar. Lo tontos no se arregla. Yo no tenía arreglo...

Soy un Tonto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora