Capitulo 1

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— ¡¿Por què no me dejàn ser libre!?, yo quiero vivir una vida allà fuera el poco tiempo que me queda. ¿Eso es malo acaso? — Una vez más, la frase de diario retumbaba en aquel cuarto acolchonado, sobre aquel blanco cegador cada que la enfermera abrìa la puerta.
Si, de nuevo la misma enfermera Katherin Lewis me daba el medicamento matutino.

— Señorita Wen, sabe que yo no tengo la autorizaciòn para hacer eso, el Dr Facinelli no deja hacerlo. Desde que està aquì èl tiene custodia de usted — Eran las mismas frases que repetìa siempre, a decir verdad ya me las sabìa de memoria.
Me movìa de un lado a otro, aquel ropòn que me era atado a la espalda me incomodaba y sobre todo era el punto a que no merecìa esto, no merecìa siquiera usarlo y mucho menos merecìa estar aquì — Katherin, solo quiero salir. He estado aquì todo mi vida, no he visto los rayos de sol desde hace tiempo. ¿Que puede pasar? realmente sè que voy a morir aquì, asì que ¿me queda otra opciòn.

Esa era mi historia de todos los dias, todas las mañanas, cada.
¿Por que estoy aquì? Les voy a explicar o más bien, les voy a contar.

Era el 21 de Junio cuando mi madre muriò. De un infarto.
Tenìa una hermana, Eleonor a si y un padrastro, el abogado Simon Rush y èl, es un verdadero hijo de perra.
¿Olvidè decir que mi familia era millonaria?. Bueno lo recalco. Provengo de una familia con una posiciòn adinerada y que el señor Simon se casò con mi madre en cuanto se enterò que ella tenìa una grave enfermedad en el corazòn, nunca salìa de cama y mi padrastro me golpeaba.
No podìa decir nada porque las amenazas sobre hacerle daño a mi hermana se veìan venir siempre y temìa por ella.

Aquella noche, yo esperaba paciente con los nervios, mi cabeza estaba a punto de estallar.
El medico saliò y con su cabizbaja susurrò "No sobreviviò"

Esa noche fue la peor de mi vida, ya que despues Simon entrò al despacho y sacò el testamento en donde nos dejaba a mi y a Eleonor como herederas de la fortuna familiar.
Lleno de ira, fue tras mìo, yo corrì hasta mi habitaciòn y me enerrè.

La lluvìa golpeaba fuertemente sobre la ventana de mi alcoba mientras que los estruendos de las fuertes patadas de Simon tras de mi puerta seguìan.
Sabìa que estaba hecho una furìa, puesto que cuando saliò del despacho tomò la pistola que estaba en el cajòn de mano.
Mi hermana y yo estábamos solas, no teníamos quien nos ayudara, quien nos protegiera. Saltè de la ventana y caì sobre el rosal de rosas blancas del patio de casa. Luego recordè que mi hermana estaba aún dentro de la casa, asì que el miedo me invadiò por completo, tenìa que ir a por ella. Asì que corrì cuanto mis pies me lo permitieron hacia la puerta principal y entrè.
Las escaleras me parecieron infinitas cuando las subía una por una.

Fue ahì donde supe lo que tenìa que hacer. Tome la pistola que estaba tirada a los pies del marco de mi habitaciòn, corrì hasta la alcoba de Eleonor.
Mis pupilas se dilataron ante asquerosa escena. No me imaginaba el dolor que debìò sentir Eleonor en aquellos momentos.
Cerrè mis ojos y sin más, disparè


Aquella noche fue la peor de mi vida. Perdì a mi madre, a mi hermana, Simon heredò la fortuna familiar y el muy idiota me encerrò en este hospital.

— Wow, Wen... no sabìa sobre del porque estabas aquì. Pero.... ¿tu realmente mataste a tu hermana?
— Es necesario que te lo afirme?. Bueno, o eso es lo que Hanna me dice y cada que Katherin no trabaja me pasa el expediente que yo llene en donde contaba la historia.

Después de los electroshocks ya no recuerdo nada completamente. Pero ¿y tu? ¿Por que estas aquì, Natasha?

— Yo, bueno. Estoy aquí porque tengo ataques de epilepsia. — pude notar como en la voz de Natasha se asomaba un tono de tristeza, la conocìa desde que tanto tiempo. Ella llegò 5 meses después y decir verdad a pesar de estar encerrada en este lugar, siempre lo viò de forma positiva, era buena chica. Ella tenìa lo que yo no— ¿Solo eso? - me acomodè mejor el vestido blanco de seda que se habìa alborotado con el aire que azotó Crowel Institute. — Si, solo eso. Creo que mi familia estaban enfadados de cuidarme, me mandaron aquì por mis ataques de locura. Pero tengo una duda; días anteriores me dijiste que tus terapias en este lugar ya terminaron, ¿porque no te han pasado a un hospital normal? — No lo sè, Katherin me ha dicho que Dr. Facinelli no quiere hacerlo. - Suspirè de manera pesada al recordar las palabras de Katherin y mi molestìa ante ese condenado doctor que ni siquiera conocía y ya me prohibía la salida de este maldito lugar — Collins, Gyllyon! ¡Adentro, Ahora! — La voz de Hanna, la enfermera malvada de aquel hospital nos sacò de nuestra menuda platica. Era hora de otra tunda de electroshock, inyecciones y medicamentos para dormir  

Help Me Or Let Me DieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora