Nota (leer antes de iniciar la historia):
He escrito esta historia con lo que yo imagino que ha pasado diez años después de la batalla contra Gea. Como la más reciente historia de Rick -The Trials of Apollo- no ha concluido aún, he omitido la mayoría de los detalles de esa historia (sólo he tomado uno, del que espero se den cuenta mientras leen) y lo mismo hice con la de Magnus Chase, así que este fic es se centrara más en nuestros heroes, independientemente de lo que pase en dichos libros después. Espero lograr ser lo suficientemente apegada a las descripciones de los libros -en cuanto a lugares, sobre todo en los campamentos.-
Esta historia es sólo por el gusto de escribir sobre mis personajes favoritos. Cualquier crítica, siempre y cuando sea constructiva, es bienvenida.
-Cit.
CAPÍTULO 1:
PERCY
Los años pasaron
Tengo que hacer algo importante
¡Feliz cumpleaños, Listilla!
Diez años habían pasado desde la última vez que tuve una gran aventura, aunque nada fáciles, a decir verdad. Me gustaría decir que en estos diez años no estuve cerca de morir, pero dejaría de ser Percy Jackson si no intentaran matarme por lo menos una vez al año.
Con la ayuda de Annabeth por fin había logrado terminar el colegio, ingresar a la Universidad de Nueva Roma y graduarme como Biólogo Marino de Criaturas Mitológicas (si, esa carrera existe, no miento). Todo parecía ir cuesta arriba; tenía una fantástica novia, mi padre me había contratado para que trabajara al cuidado de algunas criaturas cercanas a su palacio, los campamentos estaban a salvo, Apolo había logrado volver a ser un Dios (aunque aún seguimos llamándolo Lester en secreto) y, a pesar de vivir en Nueva Roma, visitaba a mi madre, Paul y Lyanna, mi pequeña hermana. Sí, todo parecía ir bien, pero como dijo Einstein (¿O Newton? El de la manzana): Todo lo que sube tiene que bajar.
Jamás me considere alguien con tendencia al pesimismo, a pesar de todo lo que me había pasado, pero no podía evitar pensar que mi vida era una especie de fantasía entretejida, como si en verdad estuviera en un profundo sueño de muerte mientras el caos se encarga de consumir todo el mundo entero sin piedad... Okay, debo dejar de charlar con Nico. El caso es que cuando eres un semidiós es imposible no generar una especie de paranoia a la muerte, como si cada respiración contara muchísimo.
La única persona que lograba disipar todo aquello de mi mente era Annabeth. Seguramente me daría un golpe por lo cursi que esto sonará, pero solo me basta con mirar sus hermosos ojos grises para darme cuenta de toda la vida que tengo por delante. Me daba cuenta de que daría mi vida para mantener la de ella a salvo, y era por eso que me sentía listo para dar el siguiente paso... aunque no sabía cómo hacerlo.
Todos nos sorprendimos cuando Jason fue el primero en proponérselo a Piper, porque hasta yo apostaba que lo haría primero en comparación a mi tan recto compañero, pero no. Y lo envidiaba por eso. Mi amigo se arrodilló ante Piper frente a todo el campamento mestizo con un anillo que, claramente, alguna hermana de la chica le había ayudado escoger (Jason será muchas cosas, pero no lo imagino en una tienda escogiendo un anillo de compromiso por sí solo). La boda había sido fantástica de principio a fin, una digna organización de la cabaña de 10, con las hermanas de Piper, Hazel y Annabeth como damas de honor. Hasta la mismísima Afrodita había dado la bendición a la joven pareja, Júpiter envió una nota y las llaves de una espléndida casa ubicada en Nueva Roma como regalo de bodas. Fui el padrino de Jason, y nada me llenó más de orgullo que verlo en el altar, pero sentía que me estaba atrasando en el asunto. Además, el ramo había caído en las manos de Annabeth aquella vez.
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La Lechuza y el Mar.
Fanfiction¿Qué pasó años después de la Guerra contra Gea? Percy y Annabeth jamás han tenido -ni tendrán- una vida normal. Como semidioses, el peligro puede estar a la vuelta de la esquina, pero nadie puede quitarles las intenciones de intentar ser felices...