Otra vez me encontraba firmando una montonera de actas en mi pequeño espacio de la oficina.
Cada hoja de lo más seguro trataba de algún tema más importante que otro, pero a estas alturas del día sinceramente no me importaba si estaba firmando una carta para aceptar la tercera guerra mundial.
Tenía mucho que hacer aún, pero tengo la maravillosa suerte de tener un jefe que prefiere dejar su trabajo a sus empleados que realizarlo él mismo. ¿Se nota el sarcasmo? ¿No?
Me detuve unos minutos, ya sentía mi mano algo acalambrada y mi boca se encontraba seca, así que me levanté con pesadez de mi escritorio estirándome con lentitud. Estar todo el día en la misma posición te dejaba con los huesos casi trabados.
Me dirigí hacía la oficina del lado donde se encontraba mi compañero de trabajo y único amigo, YoungBae.
Toqué tres veces y abrí la puerta sin esperar respuesta.-Hey ¿Estás ocupado?
Mi pelinegro amigo levanto la vista de una pila de papeles y me dedicó una sonrisa.
-No, pasa Seung.
-Vengo a robarte un vaso de agua... Mi dispensador es un fiasco y volvió a descomponerse esta mañana. -Tome uno de los pequeños vasos plásticos que se encontraban en un pequeño mueble y comencé a llenarlo con el frío líquido de la máquina.
-Vaya ¿No le has dicho al jefe? -Se acomodó en su asiento tomando una postura más cómoda para observarme.
-No, ya sabes. Si le digo de lo más seguro me mande a firmar más estupideces para "ganármelo" y no gracias. -Hice una pequeña pausa para beber un sorbo de agua.- A fin de mes pienso comprarme uno. Ya terminé de pagar el auto y el departamento, así que ahora tengo más dinero para gastarlo en chucherías.
-Bae rió un poco negando.- En vez de gastarlo en "chucherías", podrías gastarlo en salir. Ya llevas un año sin salir a ningún lado. Date un descanso, ya haz terminado de pagar lo más importante... Estoy seguro que morirás estresado. Te explotará el cerebro o algo así. -Bromeó.
-Puede que sea así... Pero de todas formas sabes que no me gustan las fiestas y esas cosas donde hay que compartir.
-Oh, vamos. Nadie te morderá... O eso creo. Las fiestas son divertidas SeungHyun. Es más, vamos a una esta próxima semana.
-De verdad, paso.
-No te estoy invitando. Te estoy obligando.
-¿Qué?
-Como escuchaste. -Levantó una ceja, desafiante. Solo pude limitarme a dejar el vaso ya vacío en el pequeño basurero.- Tampoco es como si nos quedáramos allí para siempre.
Solté un pequeño bufido. Era verdad, nunca salía a fiestas ni juntas con gente conocida. Prefería quedarme en casa bebiendo una taza de café mientras veía maratones de mi serie favorita, o alguna película que encontrara en la televisión. Además sentía que las fiestas eran solo para gastar dinero innecesario. Tampoco es como si fuera un tacaño... Sólo que prefería gastar mi dinero en un libro que en un vaso de cerveza.
- A este paso te volverás un ermitaño. -Continuó hablando. - No pongas esa cara. Hazme el favor esta vez. - Comenzó a mirarme fijamente con una cara de súplica a la cuál no podía negarme. Además ya le debía muchas a mi buen amigo.
- Está bien. Pero prométeme que me llevarás a una disco decente. No necesito lidiar con chicas llenas de enfermedades dudosas toda la noche.
Bae se levantó de su asiento con energía y caminó hacia mi lado golpeando suavemente mi hombro con su puño. - No te preocupes. Soy tu amigo y cumplo mi promesa. La pasaremos bien señor recatado. Ahora, vete de mi oficina por que se acerca la hora de irme y quiero dejar todo listo.

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El chico de la disco [GRi].
DiversosSeungRi se encontraba estresado de tanto trabajo en la oficina. Su buen amigo YoungBae lo invita a tomar unos tragos, Seung acepta y ambos terminan en una de las discos más lujosas de Korea. Un extravagante chico de la disco termina contratándolo c...