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Una sensación extraña recorrió el cuerpo de Phil, haciendo que se despertara. Frotó uno de sus ojos, y bostezando levemente tomó su celular, que descansaba en la mesita de noche, para fijarse la hora. El brillo de la pantalla lo encegueció por algunos segundos, pero luego pudo ver que eran las 3:17 de la madrugada. Se sorprendió, ya que él no solía despertarse a mitad de la noche. Dio una vuelta en la cama, con intenciones de seguir durmiendo, y se encontró con su novio, despierto, mirando al techo.

-¿Dan?- susurró, algo desconcertado.

-Hola.- respondió el castaño, sin quitar su vista del techo. Su voz se oía bastante cansada.

-Cariño, ¿sucede algo? -preguntó, empezando a tener un mal presentimiento.

Entonces, Dan se giró hacia el con una expresión triste en el rostro.

-¿Para qué existo?

El mayor suspiró tristemente, estrechando con fuerza a su novio entre sus brazos. Dan solía tener esas crisis existenciales de vez en cuando, y odiaba verlo así, tan desanimado, totalmente opuesto a como solía ser siempre.

Tomó una de sus manos y la puso en su pecho, sobre su corazón.

-¿Sientes eso?

-Es...¿tu corazón? -preguntó, aunque ni siquiera estaba de humor para ser sarcástico. Phil enarcó ambas cejas.- Es tu corazón latiendo, Phil Lester.

-Y ahí tienes tu respuesta. Para esto es que existes.

El corazón de Dan se aceleró un 200%, y sintió como lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. Quiso hablar, pero su novio aún no había terminado.

-Existes para hacerme el hombre más feliz del mundo entero, Danny. Existes para darle un mejor sentido a mi vida, para que valga la pena vivir. Si no existieras, ¿quién me sacaría sonrisas cada día? ¿Quién me despertaría cada mañana con un beso y después tomaría un café conmigo? Daniel, si no existieras, no tendría a nadie a quién robarle su cereal. -a este punto, el menor ya estaba llorando, y esto último le arrancó una carcajada sincera, haciendo que se abrazara con más fuerza al delgado y cálido cuerpo de su novio, mojando su camiseta con lágrimas, pero que más da, sabía que no importaba.- En fin, sé que esto que sientes a veces es horrible, pero quiero que sepas que vales la pena completamente, cariño. Jamás dudes de lo especial y maravilloso que eres. Y cuando sientas que no tienes un lugar en el mundo, recuerda que si lo tienes. En mi corazón, en mi vida, y en este momento hasta en mis brazos.- ambos rieron y Phil dejó un pequeño beso en el cabello rizado de su novio.

-Te amo, ¿sabes? -susurró Dan, sonriendo y mirando a Phil a los ojos.

-Yo también te amo, pequeño. -respondió, sonriendo también.

Se dieron un largo y casto beso, y aún abrazados, cayeron en un profundo sueño.

existential crisis| phanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora