−Marcos..! – Llamé.
−¿Si? – Dijo al darse la vuelta.
−Gracias. – Dije intentando sonreír. Pero volvía a tener un nudo en la garganta.
Él me hizo una especie de saludito militar, y se fue caminando lentamente...
Capitulo 2:
Tomé el teléfono y marqué el numero de mi mejor amiga: Anabel, al tercer tono contestó:
−Estoy viendo unos ofertones! 2 paquetes de tampones por el precio de 1!! – Me dijo entusiasmadísima.
−Sabes que me dan asco, Anabel!
−Bueno sí. – Dijo con un tono de decepción.
−Necesito verte. – Dije.
−¿Dónde estas? – Quiso saber.
−En el parque , ¿nos encontramos en el restaurante de la esquina del parque? En 20 minutos.
−Ok! – Cortó.
Caminé hacia el restaurante “CHARNS”, que nombre tan ridículo, ¿a quién se le podía ocurrir llamar a un restaurante “CHARNS”. Entré.
El lugar era un edificio color rojizo. Tenía cuadros en las paredes y plantas por todos lados. De fondo sonaba Stay de Rihanna y Mikky Ekko. Una camarera sonriente se acercó a mi mesa.
−¿Va a ordenar algo señorita? – Me dijo.
− Am. Si. Un daiquiri de frutilla.
−Enseguida. – Garabateo en su libreta, dio una vuelta y se perdió entre las puertas de la cocina.
Mire hacia la puerta de la entrada y vi a mi amiga entrar. Ella era una rubia ojos verdes, con muchas curvas y muy simpática. Ama montar “ESPECTACULOS” para ponerme en vergüenza. Hace muchos años que nos conocemos y compartimos un vinculo muy estrecho.
Me saludó energéticamente con la mano desde la puerta y le sonreí. Se dirigía a toda prisa hacia mi mesa. Llegó y se sentó.
−Hola. – Me dijo sonriente.
−Hola. – Le devolví la sonrisa.
La camarera se acerco y dejó mi daiquiri en la mesa.
−¿Algo más? – Quiso saber.
Mi amiga hiso un gesto con la mano. –Yo! Quiero un sándwich de Atún y un daiquiri sin alcohol de frutilla.
−En seguida. – Dijo la camarera y se perdió nuevamente entre las puertas de la cocina.
−Por hoy, voy a romper la dieta.
−¿Dieta? – Ahogue una carcajada, Anabel? Dieta? Ja ja.
−No te rías! Quiero bajar 10 kg para el verano.
−Se puede saber ¿Por qué? – pregunte aún tentada.
−Quiero un príncipe azul, verde, amarillo, lo que sea, no quiero estar mas sola. J aja.
Solté una carcajada.
−Y tu príncipe? – Preguntó Anabel.
−¿Qué príncipe?
Me miro.
−Hoy conocí un chico. P.. – No termine l a frase que me atacó con preguntas.
−¿Sexy? ¿Alto? ¿Bajo? ¿Tenía buen aliento? – Esa última pregunta me hiso reír.
−Digamos que sexy, alto, ja ja y si tenía buen aliento…
−¿Dónde se conocieron?
−En el parque.
−En que circunstancias?
−Am… yo estaba llorando.. y el vino muy amable y me “consoló” digamos.
La camarera dejó el Sándwich de Atún de mi amiga y se fue.
−¿Por qué llorabas? –Quiso saber.
−Me despidieron, y mamá me llamó “MANTENIDA”.
−Uy. Aprende de mí, 0 TRABAJO. Ja ja.
−Desde que papá murió, nada es lo mismo. – De me hiso un nudo en la garganta.
−¿Cómo se llama el bombónaso? –Dijo cambiando de tema.
−Marcos.
−Esperá, ese no es.. el Maricón de tu amigo?
Miré hacia atrás donde Anabel señalaba. –Franco!! , si es el!! ¿Qué hará en la ciudad? Recuerdo que se mudó luego de que su papá murió. – Franco era un amigo de la infancia. Ahora tenía el pelo castaño y un aro colgando de su lóbulo derecho, era alto y con un admirable físico.
−Andá y hablále!!!! MIRA QUE BOMBOOOON!
−Anabel!!! –me reí.
Mi móvil sonó.
Continuara…
