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1

Los susurros distantes, agudos y entrecortados pertenecientes a la voz de un pequeño niño, despertaron la conciencia intranquila de la chica. Su respiración se redujo, obteniendo la falta de aire en su organismo. Sus manos se aferraron a los laterales de la cama, ejerciendo una presión que indudablemente cedería marcas de un matiz violáceo a lo largo de sus palmas.

¡Está despertando —gritó una áspera voz a su costado, pero seguía sonandole distante—, llama a un doctor!.

      Logró abrir a duras penas sus párpados; que se sentían tan pesados y solo retuvo sus ojos abiertos por determinados segundos. Consiguió avistar algunas siluetas siendo arrastradas hasta la puerta, pidiendoles que se retiraran.

—¿Mamá? —susurré desgarrando mi garganta repulivamente seca.

         El soniquete distante de las máquinas conectadas a mi cuerpo se diluyó, y mi conciencia se fue con ellos.

2

—La necesitamos —replicó una voz en mi cabeza, con ella podremos encontrar a Will.

Ya tenemos a Eleven y punto final —gruñó la segunda voz, el enojo distinguiendose en esta.

—Su madre nos dijo que ella tenía dones especiales, y muchos de ellos son parecidos a los de Eleven. Pero su energía se agota rápidamente, y ella nos será de utilidad, piensalo, es nuestra puerta de salvación.

—No cuidaré a niñas caprichosas, Jonathan.

—Yo lo haré, Hopper.

3


Fruncí el ceño gimiendo disgustada, mi cabeza era un torbellino dentro y las punzadas no cesaron. La luz me cegó y mis ojos se cerraron a penas unos segundos, mis pupilas acostumbrandose a la claridad del lugar.

        Recorrí mi panorama con la vista, tres cuerpos recostados en el sofá obstaculizando mi visión se encontraban frente a mi.
Mi garganta escasamente obtuvo un pequeño carraspeo de mi parte, doliendo.

       Una de las figuras se removió ligeramente, bostezando y cubriendo su boca con una de sus manos. Entreabrió los ojos sutilmente, llevandose una sorpresa al divisarme despierta. Golpeó a las personas que se encontraban a sus laterales, y estas se removieron ignorandolo.

¡Ya despertó! —susurró casi gritó exaltado.

—¿Qué? —murmuró la tierna voz de una mujer.

        Me incorporé en la cama, tomando mi cabeza entre mis delgadas manos. Dolia, y mucho.

—Hola... —saludó el chico acercandose a mi. Limpiandose las manos en sus pantalones—. ¿Quieres un poco de agua?.

       Asentí— ¿Quién eres? —intenté preguntar, pero mi voz fluyó ronca y no logró entenderme.

—Toma un poco..., luego intenta hablarme—me ofreció un vaso con agua. Asentí por segunda vez esta vez agradeciendole.

       Fue una sensación gloriosa, el agua fresca y helada descendiendo por mi garganta sintiendose maravillosa y fresca. Mis labios secos desearon más, terminando toda la sustancia en el contenedor cilíndrico de plástico.

Soy Jonathan se presentó, su mano extendiendose hacia mi con cordialidad. Pero no la estreché, ni lo miré, me dedique simplemente a ignorarlo. Bueno... frotó su nuca nervioso—, llamaré a un doctor.

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⏰ Última actualización: May 03, 2017 ⏰

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Illusions | Jonathan ByersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora