PRÓLOGO.

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-¿Tienes idea de que tenemos unos hijos a los cuales cuidar?-. Le contesto enojada.

-¿Y tú tienes idea de que esto no es lo que esperaba?-. Responde de la misma manera.

Nos quedamos callados.

-Estoy cansada-. Le digo rompiendo el silencio.

-No tiene caso-. Tomó mis cosas y salgo de la habitación.

Estoy por salir de la casa pero él me toma el brazo.

-No quiero que te vayas-. Susurra.

Yo solo niego con la cabeza.

No tiene caso. Después de todo...

Somos espías.

¿Somos espías? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora