║One-shot Glave x Helen║

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Gracias a todos los que me han acompañado a lo largo de esta travesía, gracias por hacer crecer este pequeño perfil.

★★★


La cálida tarde se acercaba a su final, inundada por coros de aves y aldeanos, las últimas líneas de luz solar se dibujaban en el firmamento, mientras los colores se transformaban en preciosas tonalidades índigo, esperando a que el manto de la noche envolviera el cenit. Eran finales de marzo, primavera, tiempo para las sonrisas, las alergias, el amor...

En su despacho, a la tenue iluminación de un día que casi terminaba, se encontraba Helen, con una inusual carga de trabajo, pues como comerciante ambulante, iba de pueblo en pueblo a resurtir de víveres y otros artículos a viajeros, mercenarios y cómo no, al El Search Party. En sus manos, se hallaban listas repletas de números, precios, fechas de embarques con materias primas y una que otra chuchería, todo lo necesario para sobrevivir si se tenía la necesidad de salir de un poblado a otro. Desde que esos muchachos habían decidido poner orden en esas tierras, la situación mercantil también había mejorado bastante. La mujer continuaba con su labor, mientras la madre luna se alzaba sin pena en el cielo; los ojos de Helen poco a poco perdían visibilidad y era evidente que forzaba la vista, pero estaba tan ensimismada con su trabajo, que poco le importaba...modo profesional activado.

Un destello cálido de pronto se materializó a pocos centímetros de su rostro, y sosteniendo el candil, se hallaba una figura alta, de cabellos pálidos. Ella lo reconoció de inmediato, era el enmascarado del tiempo.

-Te dañarás la vista- musitó el hombre sutilmente, casi con desinterés, apoyando la candela en el borde del escritorio de madera tallada, el cual, estaba rebosante de papeles y pergaminos. El mayor los revisó con curiosidad.

-Gracias- le replicó Helen con su dulce voz. Ya estaba acostumbrada a que Glave se pasara por ahí con frecuencia, aun cuando no necesitara nada. No, simplemente le agradaba pasar el tiempo en compañía de ella, y claro que Helen lo notaba, era muy suspicaz. De cierta forma pensar en que su presencia era importante para el de la gabardina, provocaba que en el interior de Helen, se regara una sensación muy cálida y dulce. Ella no decía nada, el enmascarado tampoco y pese a ello, los silencios no eran abrumadores, sino todo lo contrario, era como si con sentir la presencia del otro, bastara para hacerlos sentir vivos, y completos; lo sabían pero no lo decían, era como una regla no escrita. Momentos más tarde, Glave interrumpió el silencio, y comenzó entonces, una charla viva, variada que podía ir desde lo más vago hasta lo más profundo; ellos hablaban sobre el clima tan cálido, la suavidad de las mareas en las costas, el trabajo, las crisis, el tiempo, la vida...no fue sino hasta este punto que el hombre del tiempo, comenzó a rememorar su propio pasado.

Él había sido condenado, porque había osado tentar a la suerte, al destino, a cada una de las leyes que gobiernan con bara de hierro este universo y había sido confeso culpable, su penitencia era el luto, a cambio de ese tremebundo poder; el lo recordó vagamente, como un día se halló solo, un pago justo, mirándolo desde un punto de vista más objetivo.

Glave nunca se había considerado un buen hombre, su pasado, su historia, todo lo que una vez amó, se convirtió lentamente en un susurro agónico, oscuro, alejándose de sus manos para siempre, como si el flotara atrapado en una intensa marea . Incluso cuando en sus lejanos días de juventud, él había tenido alguien a quien amar, una esposa con quien compartir y una vida por planear, todo le fue arrebatado. Henir se lo quitó todo, lo consumió.

Pero ella...oh Dios...

Cuando pasaba tiempo a lado de Helen, ese infierno infame se le olvidaba y se volvía distante, como un mal sueño. Sus cabellos castaños y su piel tan nívea y tersa, ataviada en ese sencillo vestido con su capa corta de cuello alto, parecía una bella muñeca de porcelana china, pero sus ojos marrones eran un mar de perdición para él, porque aun cuando ella conocía toda su historia, su pasado y sus fechorías, lo miraba con una dulzura imposible de descifrar. Para Glave siempre había sido un misterio ¿Cómo podía esa mujer mirarlo de esa manera? Al principio el creyó que solamente era lástima, pero esos luceros chocolate no mentían, la mujer que se enfocaba y concentraba en su trabajo con toda su alma, era alguien sencilla y sincera. Entonces sintió temor, y durante un tiempo procuró evadirla, porque él estaba condenado al luto eterno, y en el fondo de su coraza de piedra algo comenzó a cambiar. No quería perderla. Se sentía como un pecado quererla.

Sin saberlo, Helen comenzó a derretir la capa de acero que reforzaba el corazón frío de Glave, y él poco a poco, comenzaba a entregarle un poquito de sí. No había que pensarlo demasiado, simplemente bastaba con ser observador, para darse cuenta de que ella se enamoró de aquel hombre sin darse cuenta. Todo en él era un misterio, y eso la incitó a querer conocerlo aún más. Le costaba comprender su oscuridad, pero sabía que la mejor arma contra las tinieblas del alma, es una sonrisa sincera, aun cuando su único ojo dejaba ver aparente frialdad, la mercader sabía que no era así, y se volvió más reciproco con ella, a su manera, incluso cuando trataba de impresionarla sin darse cuenta...era único, era su estilo.

En su taburete, su bolígrafo se detuvo, y comenzó sonreír, mientras sus mejillas se teñían de carmín, y desde una esquina, era admirada por Glave sin darse cuenta. Ella era alguien que contagiaba con su felicidad a los demás.

Si...él sentía temor, pero algo le hacía confiar en que, preservar esos sentimientos era lo correcto, que la vida le estaba ofreciendo una nueva oportunidad para ser feliz, Helen era como un haz de luz en su vida que llegó un día sin avisar y que le aseguraba, desde ese taburete, que no se iría tan fácilmente de su lado, sin importar nada.

La mujer salió de su trance solo para volver al trabajo con un suspiro, entonces Glave se acercó y tomó sus manos, interrumpiendo su trabajo. Helen lo miró un tanto confusa, pero le regaló una de sus sonrisas y bajo aquella máscara de estaño, Glave se ruborizó. Tenía muchos motivos para quererla; estando a tan pocos centímetros de distancia, él se llenaba de su aroma, que era como una combinación entre pergaminos y magnolias, la flor que ella más amaba.

-Sonríe, sonríe como siempre lo haces- esta vez, su voz sonaba más dulce. Los hermosos iris de Helen brillaron a la luz de las velas, y estrechó la mano de su contrario con más fuerza, asintiendo con calma.

-Solo si te quedas conmigo- pidió como si fuera una adolescente soñadora.

-Como desee, madame- susurró con una voz tranquila. De pronto tuvo una idea, y de las mangas de su gabardina, emergieron un par de pequeños cubos azules como zafiros. Estos danzaban alegremente en torno a Helen y la sacaron de sus monótonas tareas, sus ojos se centraron en la danza que ejecutaban ambas figuras mientras discretamente, Glave tomaba el boligrafo y sumergía la punta de la pluma en tinta, para garabatear algo en uno de los pergaminos...

La hermosa mujer regresó su vista, y al mirar el escrito, los ojos se le aguaron y sonrió con satisfacción en dirección al enmascarado, tomando sus manos y estrechándolas con fuerza con las de ella, susurrándole con sus ojos que no se fuera.

Ni Glave ni Helen eran unos niños, pero no podían evitar emocionarse como un par de jovenzuelos al tener de cerca a la persona amada.

"-No estaría mal-" penso Glave "-congelar este momento en el tiempo, y hacerlo perdurar para siempre...-"

Y mientras viviera, mantendría vivos esos momentos, y esos recuerdos.

...

"Muchas cosas he tenido, y muchas cosas me han hecho falta, pero solo tengo necesidad de una cosa; algo hermoso, brillante y duradero, así como un marinero necesita lucero que lo guíe entre aguas turbias, y un viajero necesita de una antorcha cuando vaga entre valles de sombras, yo así necesito de tu luz. Gracias, porque gracias a ti, tengo un lugar al cual volver. Yo necesito, de alguien como tú..."

(Créditos a Sousychan por la edición de esta imagen)

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(Créditos a Sousychan por la edición de esta imagen)

Un lugar al cuál volver ║ONE - SHOT║║Glave x Helen║Where stories live. Discover now