Beautiful Stranger

Su vida era tan monótona desde que sus padres habían fallecido y él tuvo que hacerse cargo de su hermano menor y de él mismo. No sé reprochaba nada, después de todo lo hizo para sacar adelante los estudios de su hermano, pero a veces trabajar en esa gran biblioteca le producía dolor de cabeza. Era una biblioteca gigante y al parecer era el único trabajador ahí, siempre tenía que acomodar los libros, pasear en sus extensos pasillos buscando un tema de algún libro; la paga era muy buena, tenía que serlo para que él siguiera ahí perdiéndose entre tanta gente y libros.

Pero desde hace ya varias semanas, estar en aquel trabajo había sido "entretenido​". Un chico no mayor de edad —piel blanca, cabello castaño y un poco más alto que él— había estado yendo constantemente a la biblioteca; Siempre llegaba con muchos ánimos, sonriendo y saludándolo, tomando libros, dejándolos botados, haciendo ruido ocasionando que en más de una ocasión le llamarán la atención. Al principio todo eso fue molesto para Yesung, pero conforme el tiempo pasaba se acostumbro a aquella presencia, aunque no lo aceptará el que aquel chico llegará a hacer ruido, le alegraba su trabajo.

Había pasado una semana sin que aquel chico se presentará a la biblioteca y Yesung se encontraba insoportable esos días.

—¿Hoy tampoco ha ido? — Lo sacó de sus pensamientos Jongjin, su hermano menor.
—No. — Soltó un suspiro, sorprendiendose a él mismos por contestar como si supiera de quién hablaba. —¿Quién no ha ido?. — Agrego de inmediato.
—El extraño, Hyung. —Jongjin sonrió mientras tomaba asiento frente a su hermano en la mesa. —El chico de quien últimamente hablabas, ya no lo has hecho porque no ha ido, ¿Verdad?

Yesung miro extrañado a su hermano, ¿de verdad hablaba sobre aquel chico extraño?, Jongjin soltó una pequeña risa y continuo hablando. —Desde que apareció desordenado los libros y tú querías matarlo por hacerte trabajar el doble, ha sido el tema de conversación las últimas semanas, pero en esta ni siquiera me has dicho cómo te ha ido.

Estaba consciente de que habia hablado unas cuantas veces del chico extraño, pero no recordaba que fuera un tema de conversación, si bien esta semana estaba de mal humor y no hablaba con su hermano, no era por la ausencia del chico ¿o si? El trabajo se había hecho pesado, eso era, aunque a decir verdad era lo que siempre hacia, sino es que hasta menos, pues no había nadie que desacomodara más libros de lo debido.

Se encontraba en la entrada de la biblioteca, cuando escucho una risita entrando al lugar, era él, aquel chico extraño que llevaba días desaparecido, inconcientemente sonrió al verlo. El chico llevaba una cámara en sus manos, volteo a verlo y este le dio una gran sonrisa, una calida sonrisa.

—¿Puedo sacar algunas fotos? —Hablo el chico y con su cámara se dispuso a tomar una.
–¿Qué? No, no puedes, las fotos están prohibidas. —Le señaló el letrero que le prohibía sacar fotos.
—Pero solo será una. —Dijo muy alegre, intentando tomar una foto.
—No, están prohibidas —Yesung tapo el lente de la cámara haciendo que está se chocará con la frente del chico.
—Auch, me dolió —Se quejo haciendo un puchero, a Yesung le resultó gracioso y sonrió.
—Lo siento. —Atino a decir.
—Pero solo será una. —De nuevo el chico tomo su cámara intentando sacar fotos.

De alguna manera a Yesung le resultaba divertida aquella escena y obviamente al otro chico igual, no dejaba de tener una sonrisa burlona en sus labios. No se dejó llevar por aquella sensación de querer seguir jugueteando con el otro chico y poco a poco lo fue empujando hacia la salida, después de todo estaba en su trabajo.

Paso al rededor de una hora y ya se estaba alistando para salir de su trabajo. Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar a aquel chico extraño, tenía que aceptar que le agradaba esa forma tan infantil de hacer las cosas.