2

2 0 0
                                    

Estaba emocionada. Habían pasado varias semanas sin verse, y habían podido acordar en verse aquella madrugada.

Suzzet se despertó con mas animo con un día normal, se había adecentado y había salido po r su ruta habitual a través de las calles. Hacía ya años que sus padres la dejaban campar a sus anchas, y ahora era capaz de recorrer todo el reino en un día sin perderse. Aunque a ella lo que más le gustaba era deambular por la linde del bosque, entro los primeros arboles que se mezclaban con el basto laberinto, y el rio que marcaba el limite del reino. En un día normal, habría caminado hasta la frontera, y habría cruzado el rio por el paso más bajo, e habría adentrado hasta encontrar su árbol, ese hermoso árbol casi caído, que formaba un pasadizo con sus ramas en forma de arco, que con el tiempo habían quedado arraigadas a la tierra.

Se adentraría entre las raíces y ramas y rodearía cuan ancho era aquel árbol  solo por el placer de recordar sus anteriores encuentros con el príncipe

Pero hoy no, levaba esperando ese día desde que el príncipe una semana atrás,  había enviado a su mensajero con una nota para decirle que la viera aquella noche. Estaba tan emocionada que por poco se olvida de que su hermano volvería de su viaje esa misma mañana con su esposa desde el otro lado del valle. Meredith, que se había convertido en su persona de mayor confianza, ahora estaba desposada con su hermano, al que tanto quería. Habí pasado un mes sin ver a ninguno de los dos, y por eso, se obligó a acortar su caminata y volver a casa más pronto de lo normal. Cuando hubo andado lo que le parecía suficiente, de dio la vuelta para tornar, esta vez por entre las calles de la ciudadela. Estaba caminando por el paso central, desde donde arraigaban una infinidad de calles de mercaderos  y vendedores ambulantes, cuando oyó a la gente exclamar varios improperios y apartarse a los lados. El sonido de los cascos de caballos inundó el aire. Girándose por la curiosidad, Suzzet pudo vislumbrar, como a un par de metros detrás de ella, un carruaje se detenía en la plaza frente a una de las fincas más grandes. Un cochero ayudaba a bajar de este a dos damas, una entrada en edad, con las caderas anchas, un vestido voluminoso y el pelo pulcramente recogido en un peinado de color azabache. Detrás de ella desmontó una muchacha más joven, de la edad de Suzzet más o menos, pensó ella. Esta portaba unos ropajes más sencillos y el peplo a un lado, del mismo color que la otra mujer. 

La señora se puso a parlotear sobre el frio que comenzaba a hacer, pues el invierno estaba al caer, y el frio había aumentado con el paso de los días. LA mujer más joven, hacía oídos sordos a la señora, y miraba las calles a su alrededor. LA amabilidad de Suzzet hizo presencia, y sin dudarlo, se dirigió con parso firme y gesto amigable a las dos mujeres.

-Buen dia señoras

La mayor se la quedó mirando, dudando de si debía molestarse en contestar

-Buen dia a ti también. -Se adelantó la joven- Es hermoso ver la ciudad en esta época del año ¿No cree?

- Por supuesto mi señora, la luz invernal lo envuelve todo, y el paisaje se ve más hermoso e iluminado- Contestó Suzzet sin poder reprimir una gran sonrisa. EL invierno era su época favorita

-Vaya, que hermosa muchacha. Y con educación. No está de más en una joven de tu edad. - Se decidió a hablar la mujer, con un tono codescendiente- Además apuesta. ¿Como te llamas muchacha?

- Suzzet, mi señora- Contestó ella de buena gana

-Ah, los. Una buena familia de herreros, si señor. Su familia querida, años atrás fabricaron muchas de las joyas que ahora poseo, buenas joyas, como no. Una de las pocas familias que no solo se dedican a la alforja de herramientas y espadas. Y menos mal, ya casi no quedan buenas personas que sepan fabricar objetos de tan alto valor, su madre tiene buena mano, sí señor, lo reconozco. -Pareció que esto último le costó alguno más de decir

-Asi que usted conoce a mi familia mi señora

-Por supusto, me conozco todas las familia minimamente decentes de esta diudad.

-Sin animo de ofender mi señora, pensaba que no erais de por aquí, nunca les había visto por la ciudad

- Hacía mucho tiempo que no vivimos aquí, estamos de paso, provisional. Para el baile solamente, para probar suerte. - Gesticulaba con el cuerpo entero, dándole un especial énfasis en su palabras.

Lady Merri parecía aburrida cone l tema de conversación

Suzzet se quedó extrañada ante las palabras de la señora, no había oído hablar de ningún baile que se celebrar en palacio.AUnque tampoco había pasado mucho por la plaza central desde hacía un tiempo, allí solian propagar las noticias de interés.

-¿A que baile os referís?

-O, al baile de la coronación, por supuesto. EL príncipe por fin va a ser rey, su padre le ha cedido el puesto. Pasado mañana se celebra el baile de celebración. Se dice que el rey tiene la intención de que su hijo conozca a la que será la futura reina, en ese baile. Estamos aquí por invitación del mismísimo rey. Mi sobrina querida, asistirá también, estoy segura de que el príncipe se quedará prendado de ella al instante. Como no hacerlo con lo bella que es, mírela usted bien, ¿a que es hermosa? Digna de una reina, por supuesto

Lady Merri se revolvió incomoda, claramente contrariada con las palabras de su abuela. Estaba claro que era hermosa, con una piel rosada y el cabello brillante y lacio. Una idea inquietante le cruzó a Suzzet por la cabeza. Aquel baile se iba a celebrar, y de repente no podía dejar de pensar en cuantas muchachas, nobles y de alta cuna ¡, iban a estar presentes en ese baile. Sin contar que seguramente, muchas doncellas de lejanos lugares tenían previsto presentarse, todas dispuestas a casarse con el futuro rey  

Suzzet tenía los nervios a flor de piel, no podía parar de pensar en el baile y en su príncipe. Iba a escoger esposa en aquel baile, o al menos el rey así lo esperaba. Pero, ¿que pasaba con ella? ¿con ellos? Suzzet tenía claro que no podría casarse con él, ella solo era la hija de un herrro, poco apropiado para la familia real, por mucha estima en que la gente les tuviera.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 22, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La bella de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora