Un Regalo Inolvidable

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¿Cómo podía pasar el cumpleaños de mi búho sin que yo hiciera algo?

fdshfbjsd así que me pudo más el amor por ese idiota y puse en pausa mi vida para hacer un one shot para conmemorar el día :')

No me importa que ya sea 21 de septiembre en Japón aquí sigue siendo 20 ;_;

Espero que les guste, si encuentran algún error, les pido mil disculpas pues no ha sido beteado.

Mención especial para Rossue, por darme un kurotsukki bien bueno(? y ayudarme a inspirarme en este oneshot.

¡Gracias linda!

Advertencia: Lenguaje explícito de escenas sexuales entre chicos; si esto no es de tu gusto, entonces abstente de seguir leyendo.

~~

Bokuto recibió un misterioso mensaje de Akaashi en su celular después que la práctica del club hubo terminado. El bonito armador se había marchado ni siquiera quince minutos después; algo que él tomó como una mala señal, pues ambos solían caminar juntos de regreso a sus hogares. No importando cuanto el chico de menor estatura reclamara, pues a Koutarou el hogar de Keiji definitivamente no le quedaba en la misma ruta, pero poco le importaba llegar tarde a su propia casa si eso significaba pasar unos minutos más del día al lado del otro chico.

Así que sí, Koutarou se había sentido un poco desilusionado cuando supo que Akaashi se había marchado sin él.

Pero luego sintió su celular vibrar y tocar la melodía de «Call me maybe» que Kuroo había seleccionado como broma y a él se le había olvidado cambiarla hasta ese momento. Agradeció que se encontraba solo y se había ahorrado la vergüenza, se hizo una nota mental que se vengaría de su mejor amigo, pero aún no decidía que canción seleccionar si «Friday» o «Fergalicious».

Miró su Smartphone y se pecho dio un vuelco cuando vio que era un mensaje de su chico de ojos con forma de avellanas.

«Si no es mucho pedir, Bokuto-san, ¿podrías ayudarme con una tarea de trigonometría?

Prometo que te invitaré a esos helados que tanto te gustan.

Akaashi.»

Con ortografía perfecta y honoríficos en su lugar, al mirar algo tan propio de Keiji, Bokuto sintió que era el chico más afortunado del universo al tener al ser humano más perfecto que existía. Así que no dudo en encaminarse al hogar del pelinegro.

Cuando faltaba una cuadra para arribar a su destino fue que comenzó a sospechar.

Bokuto no era un idiota... en lo que a él le respectaba, pero ¿por qué Akaashi le pediría su ayuda en matemáticas? Aceptaba que él era la estrella del equipo y nadie se le comparaba en sus habilidades en el voleibol pero... matemáticas no era su fuerte... ni letras... ni biología... tampoco todas las otras materias...

¿Así que por qué su armador no le pedía ayuda a Konoha o Washio o cualquier otra persona?

Sospechoso...

¡Era Akaashi! Se carcajeó a solas, ¿cómo diablos podía desconfiar de su propio novio?

Aunque... a veces se sorprendía por la fría indiferencia que su armador mostraba en algunas películas; mientras que él parecía una fuga de agua cuando algún animal moría.

Recordó que Akaashi no había llorado cuando la madre de Bambi murió.

¿¡Qué tan frío podía ser para no llorar cuando ese cazador le disparó!? Bokuto lloró en el momento y siguió llorando por un mes cuando lo recordaba. Con un sentimiento de terror hacia su propia pareja, tocó el timbre y esperó.

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