Si pudiera.

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           Si pudiera ser algo, quisiera ser tu mirada cuando lo miras a él.

Fue lo que pensó aquel muchacho al verla sonreír. Se veía tan hermosa ocultando su boca con un puño a medio formar de forma delicada. Sus mejillas tan rosadas como el más dulce de los algodones, y como el vaivén de las personas de aquella cafetería de centro comercial con su brisa agitaba sus lacios cabellos castaños, tan inconsciente de lo bella que se ve con ese labial. me desesperaba que alguien pudiera verse tan indescriptiblemente hermosa tan solo con echar brillo en sus labios. Verla juguetear con su cabello y mecerse de lado a lado, con su pequeño bolso deslizándose sin gracia raspándose sobre su chaqueta azul de Blue Jean me daba la impresión de que estaba perdida ,y no entre las nubes, pues su mirada estaba anclada en el rostro de ese muchacho de ojos verdes, sonrisa perfecta, con una característica nariz aguileña y complexión atlética, el camino sonriente y tranquilo hacia ella, ella pareció llevarse cierta emoción de verlo al fin, su sonrisa y su expresión de encantada no se podía ocultar, ella tenía sus ojos de color avellana abiertos de par en par, como si no pudiera creer el estar despierta, imagino que por un momento se le habrá olvidado que aquel chico la engaño, y que ningún novio estaría ocupado por más de cuatro meses como para ver a su novia. Ambos caminaron como si nada más que ese instante existiera. no hizo falta verla partir tomada del brazo con otro chico para saber que ya yo estaba demás, sin embargo, meneando sus manos sin gracia y con una voz de embelesada se dirigió a mí.

—Ya te puedes ir.

Una respuesta sencilla fue todo lo que pude dar.

—Tu tan delicada como siempre.

No me respondió. Sin embargo, no me impresiono mucho la falta de trato. como su mejor amigo estaba bastante acostumbrado. Estaba acostumbrado a verla irse con chicos que la iban a lastimar y luego me iba a hablar de ellos hasta que llegara cualquier otro a hablarle bonito, estaba acostumbrado a aceptar una y otra vez que ella nunca se fijaría en mí, no sé por qué no pude evitar sonreír de verla tan feliz. Respire profundamente por la nariz y suspire lentamente. La vi partir junto a él. Me di la vuelta y bebí mi café con leche y crema sin ver ni siquiera el vaso plástico, del tiro bebí más de la mitad, volteé disimuladamente esperando a verlos desaparecer entre la gente, pero no, tenían que estar allí viéndose perfectos. Allí permanecían viéndose el rostro el uno al otro. No había gente a sus alrededores, solo una tranquila plaza con el sol en lo que parecía su regocijo, refulgiendo en los ojos y cabello de ella, dándole sombra a su piel mientras muy sutilmente se filtraban los rayos del sol entre las hojas de los árboles y se ilustraban justo en ella, con el levísimo movimiento de las ramas por el viento. Mi corazón se desacelero y alenté el paso. Dije para mí mismo hacia mis adentros:

—No sí. Que se vea más hermosa. Que caigan los pétalos de las flores que crecen en los arboles hacia ellos.

Y justo allí como si el Universo quisiera restregarme mi derrota, un fotógrafo que pasaba con calma por el lugar sacudió el árbol, con fin de sacar una fotografía. Les pidió permiso con naturalidad, y como ella adora las fotos acepto con gusto. Y debo admitirlo, no lo culpo, si no estuviera en proceso de enterrar vivos mis sentimientos probablemente hubiese pintado con mucho gusto un cuadro de la escena.

Me volteé con calma mientras pensaba - Nunca lo vas a entender ¿verdad? - La débil sonrisa en mi rostro se desvanecía con el temblar de mis labios, sin embargo allí se mantenía mi sonrisa a fin de cuentas. Me gustaría pensar que al menos una parte de mi entendía que ni siquiera debería dolerme, y que el dolor en mi pecho se iría, que había entendido que era lo mejor. Miré a lo alto sin importar el sol y continué con mi camino a casa a pasos lentos, con pulsadas en el pecho y cantando con mi ronca voz, tan bajo que solo yo me escuchaba.

Horas después de la noche, perdiéndome entre el ruido del garabateo del grafito y meneando el lápiz con una mano abrí mi libreta y escribí con calma.

Si pudiera ser algo, quisiera ser tu mirada cuando lo miras a él.

Solo así sería puro amor para ti, viviría y moriría como adoración, nacería y me extinguiría como algo que te hace feliz, y si me pierdo dentro de ti, justo allí donde ni se asoma la Historia, sería haber nacido como felicidad, sería la cúspide de un sentimiento que nunca está solo, acompañado de latidos que trascienden de tu pecho que respinga junto a las ganas de gritar y una simple y prístina inocencia, si mi destino fuera vivir en tu felicidad y morir entre las mariposas de tu estómago, feliz aceptaría lo que hubiese sido mi existencia, aun así si fuera incapaz de sentir.

Y como si de la tela más delicada se tratase la cerré suavemente con el lápiz como marca libros. La puse con una goma de borrar justo al lado de los cuadernos y libros que debía estar estudiando, me recliné con la vista hacia mi techo, como si fueran a manifestarse todas las constelaciones, no buscaba respuestas, simplemente quería perderme en algún lugar de mis pensamientos en donde entendiera que es ilógico sufrir por amor.  A fin de cuentas entre tantos chicos el que siempre estuvo allí para ella fui yo.

Pero a ti eso no te importa lo que yo pudiera ser, supongo.

Latidos Clandestinos. #PStaxPVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora