Con los rizos del color del fuego ondeando a su alrededor, la bailarina se contorneaba , con pronunciados movimientos al rededor de una hoguera, como otorgando a sus superiores deidades paganas una hermosa y salvaje demostración de su mas sincera y pura devoción.
Extensas lenguas rojizas y ardientes se separaban del corazón del gran fuego para unirse a la rítmica danza de la bailarina , serpenteantes cuerpos llameantes la rodeaban y acariciaban su figura con la misma pasión que un ardiente amante reclamando sus rojos labios.
El sudor empezó a resbalarse y recorrer su desnudo cuerpo, pero no por ello la bailarina cesó sus movimientos. Aumentando la intensidad de los gestos, cada vez mas alocados, alzando los brazos al nivel de las llamas y mezclándose con ellas poco a poco , giros, vueltas... poco a poco eran uno. El fuego reclamaba para sí a la ardiente bailarina y ella no se negaba, solo se dejaba llevar, fundiendose lentamente...
Hasta ser uno.