Toda historia empieza por algo, y la razón por la cual estamos reunidos aquí es una persona que sin querer dejo una huella imborrable en su paso por este tramo del mundo...

Su nombre suena como un respiro, a veces inclusive como una tortura, o como también un envoltorio para un secreto, así como tocar fondo...

Allan...

¿Quien diablos puede llamar así a su hijo?, ¿tan poco lo quieren sus viejos?, nada mas hace falta mirar su mentón tatuado, sus dedos llenos de cicatrices, su piel besada hasta el cansancio por el sol y escupida por la luna (una cantidad escalofriante-mente exacta lunares en su cara)  y su pelo lacio hasta la clavícula, siempre fumando, siempre callado, sentado en el capo de su camaro del 70, su carencia de amigos lo hacia raro...

-Hola!

Lo miré extrañada, el máximo contacto que tuve con el fue un saludo mientras esperaba tickets para un concierto, al entrar el fue a primera fila mientras yo me desvié y me encamine hacia las graderías, lo recuerdo de ese entonces... ese hace 5 meses donde no tenia ese tatuaje y era un ser tan bueno que nadie podía odiarlo...

Ahora su mirada perturba, no puedes ni sentirlo cerca...por suerte se fue hace un año del colegio lo cual me hizo considerar una bendición que fuera 3 años mayor que yo...

-Hola Allan...Tengo que irme...

Empezó a reírse, me tomo la mano y corrió en dirección a su coche arrastrándome consigo, tenia mucha fuerza, al soltarme, abrió la puerta y entro al coche...

-Bueno, solo vine a llevarte a donde quisieras...

Lo miré, un tanto aburrida, pero feliz de no tener que gastar créditos en transporte.

-Bien, llévame a una plaza...

Subí, le di la dirección, manejó, llegamos y baje, me puse a fumar y me fui lejos  del lugar...



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⏰ Última actualización: Jun 27, 2017 ⏰

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