La prueba de embarazo

3.9K 266 131
                                    


La venda sobre sus ojos fue retirada después de ingresar a lo que creyó ser el vestíbulo de una casa antigua y sus ojos lograron acostumbrarse rápidamente a la luz de unas lámparas. Se vio parada en un recibidor muy elegante que, de cierta forma, le resultó escalofriante.

El hombre que fue por ella no le había dado tiempo de nada, apenas pudo tomar una capucha negra de Ino que hacía varios días quedó colgada cerca de su puerta. En ese momento agradecía muchísimo haberse movido rápidamente ya que la noche era más fresca de lo normal en donde fuera que se encontraban.

La idea de escapar la había descartado después de haberse percatado de que había otros ninjas custodiándola desde lejos y tampoco podría hacerlo si no sabía con exactitud en donde se encontraba. Las posibilidades de que se hallara cerca de la aldea o muy alejada de ella estaban empatadas ya que el hombre que la acompañó se había asegurado de que no se fijara en el camino cubriendo sus ojos con la venda y conduciéndola por un rumbo irregular.

—La esperan en la segunda habitación del pasillo derecho.

Sakura volteó el rostro hacia el hombre y asintió. Al menos no la había vuelto a llamar "señora Uchiha" y eso mejoraba las cosas. Así ya no se sentiría tan tensa cada vez que se dirigían a ella, como si realmente tuviera algo que ver con él. Lo mejor para sus nervios sería que acabara con el misterio de una vez por todas para que luego pudiera regresar a la aldea y seguir con su vida.

Suspiró levemente al encontrarse sola y subió las escaleras de la forma más silenciosa posible con sus tacones. La próxima vez no permitiría que Ino invadiera su privacidad con ideas precipitadas ya que se hubiera sentido más cómoda con su ropa normal de ninja. No se veía luchando con ese vestido puesto si la situación se complicaba y estaba agradecida por haberse colocado esa capucha ya que lograba cubrir todo su cuerpo.

Se detuvo frente a la segunda puerta como le habían indicado y respiró profundamente antes de girar el pomo de la puerta. No había querido arriesgarse a tocar puesto que el lugar estaba demasiado silencioso y le había resultado inadmisible la sola idea de alterar esa paz.

Dentro de la habitación avanzó lo más sigilosamente posible hasta quedar parada a unos metros del escritorio frente a una chimenea que iluminaba toda la habitación. Tragó difícilmente cuando lo pudo distinguir sentado detrás del mueble y juntó todas sus fuerzas. ¿Por qué estaba nerviosa?

—Debo confesar que no me sorprende que hayas aceptado venir sin oponer resistencia.

—¿Qué quieres conmigo?

Sasuke la observó por unos segundos que a ella le parecieron eternos y luego se puso de pie recargando su peso por sus brazos sobre el mueble. La actitud de Sakura había despertado peligrosamente su interés y difícilmente lograría desviarse en otra cosa por un tiempo considerable.

—Sakura, tenemos asuntos que resolver.

—Lo supuse —contestó la pelirrosa con una actitud poco amigable.

El pelinegro hizo una mueca.

—Agradecería que no complicaras más la situación.

Sakura soltó un suspiro.

—Estaba en mi casa y luego un hombre extraño apareció con un sobre. Créeme que mi intención no es complicar esto aún más. Sólo quiero saber por qué estoy aquí.

—Lo sabes perfectamente bien.

—Te equivocas.

—No sé lo que estés pretendiendo, pero con esa farsa de que no sabes lo que sucede no evitarás que hablemos de lo sucedido.

Presa de tus deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora