Muy pocos recuerdan aquellas grandes aventuras, por más extrañas que puedan llegar a ser, tales son como las que vivieron juntos los gemelos Pines: los recuerdos de todos aquellos momentos... personas y seres queridos que hacían presencia en la mente de los castaños, esos mismos que compartían sonrisas y lágrimas cada vez que hacían memoria de alguno de ellos. Pero aquel recuerdo tan íntimo, tan cercano, tan propio recuerdo, ese que sin duda alguna hacía que el corazón de uno de los gemelos palpitara sin control. Aquel que por igual lograra hacer que perdiera el control de sus lágrimas, y sus sentimientos brotaran a flor de piel, era aquel que solamente Mason guardaba en los rincones más profundos de su ser.
―Tyrone.
Esa fue la única palabra que escapó de los resecos labios del chico, acompañado de unas cuántas lágrimas de dolor y melancolía, ¿pero cómo era posible extrañar tanto a alguien cuando esta persona eres tú? Una gestión difícil de plantear y pensar lo suficientemente como para responderla.
El joven se encontraba en su habitación, la cual se había vuelto su guarida. El silencio, su confidente; y las lágrimas su único desahogo para aquel sentir que simplemente le llenaba de confusión, melancolía, culpabilidad y, por supuesto, tristeza, a pesar de que no estaba sólo, pues se encontraba con su hermana gemela: Mabel.
La castaña se llenó de interés al mirarlo así, y ladeó la cabeza arqueando la ceja con un gesto de inquietud y extrañeza, pues no era propio de Mason comportarse así, usualmente. De cualquier forma, entre gemelos existía algo más que la conexión por la fraternidad, algo mucho más fuerte. Su gesto se tornó angustiado, pues tenía la imagen más deprímete que nunca antes hubiese visto acerca de su hermano frente a ella.
― ¿Dipper? –Preguntó con un tono de voz inseguro, sentándose en la orilla de su propia cama para mirarlo preocupada. ―Oye, Cerebrito, ¿te encuentras bien?
El chico le dirigió una mirada con desconcierto, como si se le hubiese olvidado que no estaba sólo. De modo que carraspeó y respondió:
―M-Mabel –tartamudeó al darse cuenta de su descuido–. Sí, es sólo que... pensaba en algunos asuntos relacionados con la tarea de anomalías del libro que el tío Ford me envió, es más interesante de lo que esperaba –desvió intentando ocultar sus gestos de la vista de su hermana.
La castaña lo miró con desdén, pues sabía que algo no andaba bien, además de que era bastante evidente. No se trataba de un niño que siempre sonriera porque se sentía feliz, o fuera igual de irritante, pero tampoco tendía a ser una persona que estuviese triste, por lo que, naturalmente, le llamó la atención esa actitud por parte de Dipper.
―Dipper... –comenzó a hablar tras un suspiro–, sabes perfectamente que a mí no me puedes engañar, ¿sucede algo...?
Regresó en sí, ante sus palabras. Tenía razón ella, se trataba de su gemela. Pensó en que, lo más probable, no habría mejor persona en quien confiar o con quién hablar sobre ese tipo de cosas, por más torpe que llegase a comportarse Mabel, era la única persona que no le daría la espalda. Por lo que él suspiró, sin ocultar más su rostro y dirigirse a ella con angustia.
―Tú ganas, Mabel –comenzó a hablar–. Es sólo que... recordaba aquel verano...
― ¿Extrañas al tío Ford y al tío Stan? –Interrumpió Mabel.
Hubo segundos de silencio. Dipper, para entonces, se planteó un recuerdo de ellos dos, y con ello, ¿por qué razón pensaba más en Tyrone? Tantas cosas le vinieron a la cabeza, que frunció el ceño, con la misma angustia, dándose cuenta que le había prestado más atención de la debida al asunto. Más importancia de la que creía.

ESTÁS LEYENDO
Algo mas que Tinta Y Papel
DiversosDespués De 4 largos años sin tener noticias sobre sus familiares y un sentimiento nuevo a nacer por parte del castaño, Los gemelos Pines Realizan un viaje de regreso al pueblo ya bien conocido por ellos "Gravity falls", Con la esperanza de que Pue...