Sobre las 7:00am vino mi madre a despertarme.
-Hoy es tu gran día, por fin vas a cumplir tu sueño-me dijo.
No le presté mucha atención, así que seguí haciéndome la remolona en la cama hasta que recordé lo que había pasado el día anterior. Me desperté de un salto, aunque me tropecé con la manta y caí de morros, pero aún así me levante y salí disparada hacia la cocina. Allí estaban mis padres preparándome el desayuno y leyendo el periódico diario.
-Buenos días Eva, ¿qué tal has dormido?- me preguntó mi padre.
-Pues muy bien, salvo que al despertarme me he pegado un tortazo- dije mientras desayunaba.
-Date prisa hija, que sino llegarás tarde al aeropuerto- dijo entonces mi madre.
Terminé de desayunar lo más rápido que pude, pues no quería perder el avión, conque me fui al baño, me lavé, me peiné y recogí el neceser en la maleta.
Después de 15 minutos ya estaba esperando en la puerta a que mis padres cogieran las llaves del coche, pero antes de irme me quise despedir de mi perro Pau y de mi abuela Reyes, que me dijo que me echara un novio inglés.
Camino al aeropuerto no paraba de escuchar todo tipo de consejos, especialmente por parte de mi madre.
-No te olvides de estudiar, ¿vale? Y sobretodo, pórtate bien.- me repetía una y otra vez.
Al llegar a la entrada del aeropuerto podía ver a Loinaz esperando sentada en las sillas que había en frente de la fila de nuestro vuelo.
Cuando llegué a las sillas tiré las maletas al suelo y fui a abrazar rápidamente a mi amiga. Estuvimos hablando un rato sobre qué tal habíamos pasado la noche, y cuando le conté que me había caído al despertarme se empezó a reír y no paró hasta que nos avisaron para ir a dejar las maletas.
En el tiempo que nos quedaba de espera hasta poder embarcar, nos fuimos a la cafetería a tomar algo y a escuchar los tostones de los padres otra vez.
Justo cuando nos íbamos a levantar para coger algo de comer, salió del megáfono una voz anunciando: "Pasajeros/as con destino a Londres ya pueden embarcar".
-Vaya, que oportuna-dijo Loinaz riéndose .
-Bueno parece que nos tenemos que ir-dijimos tristes.
-Estudiad mucho, y sobre todo pasároslo genial- dijo mi padre.
Les dimos un abrazo y unos cuantos besos a nuestros padres, eso si, llorando.
-Os queremos, y al llegar os llamaremos-dijimos mientras pasábamos por la pasarela que conducía al avión.
Una vez después de despegar pusieron una película, creo que era "Piratas del Caribe", pero yo estaba más entretenida leyendo mi libro favorito, Meltdown, mientras Loinaz soñaba con los angelitos desde el primer momento.