La batalla.

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Los hechizos volaban de un lado a otro, el ruido de gritos de dolor y furia le embotaban sus sentidos de lobo y el aire frío de la noche le calaba los huesos mientras peleaba con Dolohov.

Remus no le daba tregua pero podía sentir como el agotamiento le nublaba la visión poco a poco y sabía que este duelo sólo podía tener un final.

-¿Tan pronto te darás por vencido, bestia asquerosa?-espetó el mortífago cuando Lupin esquivó por poco el Avada Kedavra.

El hombre lobo gruñó.

-No lo haré hasta sacarte las tripas con mis propias manos-rugió.

Lo haría.

Porque después de años de auto-desprecio por fin había comprendido quiénes eran los verdaderos monstruos.

Y él no era uno de ellos.

-No eres nada, Lupin-escupió el mortífago-siempre estuviste escondiéndote detrás de Potter y Black pero ¿qué crees? Ellos están muertos y no vendrán a luchar por ti esta vez.

Un dolor agónico recorrió sus venas, era cierto, sus amigos no estaban ahí ni volverían a estarlo jamás.

-Es por eso que serán vengados-bramó, lanzando un hechizo que hizo que el vientre de Dolohov comenzara a sangrar profusamente.

Todas esas muertes serían vengadas. Todos lo serían.

Marlene.

Mary.

Lily y James.

Sirius.

Moody.

Ted.

Él lo haría. Por ellos. Por Tonks y Teddy.

Teddy.

-Escuché que tuviste un cachorro con la sangre sucia-espetó con toda la rabia que pudo, sosteniendo su herida sangrante con una mano. Sonrió de una forma horrible-. Tal vez decida ir a verlo cuando termine aquí.

Y Remus dejó de pensar en todo, excepto en cuanto quería arrancarse la piel y hacer que el lobo rompiera la garganta de ese malnacido.

-Sobre mi maldito cadáver.

-Será un placer-acotó, más hechizos serpentearon entre ambos mientras Tonks corría desesperada por llegar al lado de su esposo, Dolohov era más fuerte que él aun cuando Remus era mejor mago es todos los aspectos-me divertiré matándolos y arrojando sus cadáveres a los perros-dijo antes de exclamar un ¡Avada Kedrava! Que le acertó en el pecho a Remus.

Un grito destacó entre todo el ruido de la batalla, el de una mujer cuya vida se rompió al ver morir a su marido, el corazón de Remus dejó de latir, terminando así con el último merodeador y con la historia que comenzó veintisiete años atrás en un tren. 

Golden Slumbers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora