Era Septiembre, las hojas caían con desesperación hacia el suelo, mientras el viento norte cubría la ciudad de tierra . Los lapachos en todo su esplendor daban vida a la metrópolis, recuerdo que los podías encontrar en cada cuadra, en cada casa, esa planta era especial. El sol ya estaba muriendo y la luna renaciendo, era un atardecer de esos que con la luna llena te dejan el alma también llena. Ese atardecer de color rosa que alumbraba nuestros ojos se hacia presente. Era un día cualquiera con nuestros amigos en la plazoleta del barrio, de mi parte yo creí haber encontrado la paz, creí haberte olvidado. Pero no esa vez llevaste la remera de color bordó con la que te vi el día en el que nos conocimos, te habías cortado el cabello de la misma forma. Eso era increíble, había pasado un año desde que nos conocimos y recordaba exactamente todo, incluso nuestra primer conversación.
Recuerdo que ese día llegué y saludé a todos en general y "ni te miré",quería simplemente darte donde mas te duele, en tu orgullo. Pero tengo que admitir que escuchaba cada sonido proveniente de tus cuerdas vocales, y era imposible no mirarte de reojo, es chistoso nunca te dije que me gustabas, y nunca fuimos nada, a parte de amigos, pero quería que se notara mi indiferencia hacia ti, porque me conocías tan bien, que sabias cuando algo no andaba bien.
Mientras la luna llenaba la luz que faltaba, nosotros (mis amigos, él y yo) jugábamos a completar la frase, era nuestro juego típico, donde cada uno ponía a volar su imaginación y surgía cada idiotez de oración .
Llegó tu turno y estabas muy concentrado en que sabe que cosa con tu celular, una de las cuantas razones por la que no te hablé ese día, llegó tu turno y dijiste una tontería lo que era típico de vos y dijiste " no presté atención, ya sé que perdí" y dirigiste la mirada a uno de nuestros amigos que estaba al lado tuyo para mostrarle una foto, un mensaje un chat o lo que sea que era. En ese momento asentí y de repente, tu voz, mezclada con las risas de los demás, me hicieron viajar por un momento ese día que me puse la pistola en la sien y te ví especial. Esos sentimientos que creí ahogarlos con noches de café y lecturas nocturnas, salieron a flote dejándome sin aliento.
"Los sentimientos no se eligen, pero se controlan" " piensa en todo lo que sufriste por él" " si el te quiere te lo va a decir", esos fueron mis pensamientos en una milésima de segundo, esa luna, ese atardecer y su risa fueron los villanos que arremetieron contra mi corazón robándome lo ultimo de humanidad que me quedaba.
Me quise ir, estaba enojada y con el corazón partido en un millón de pedazos cuando de repente cambian de juego y me dicen para tomar notas. una de mis amigas había llevado las cartas del uno y nadie quería anotar, entonces me lo dieron a mi.
"juega esta partida y vayámonos" " tienes que irte" , seguían las voces en mi cabeza, dándome vueltas y afligiendome como nunca.
Esta es la ultima partida que juego_ dije
Por que ?_ me preguntaron
me quiero ir, tengo muchas cosas que hacer para mañana_ contesté. sabiendo que eso era solo una excusa.
con la mirada caída, jugué la ultima partida y me despedí, cuando de repente el me guiñó el ojo en señal de que me vaya bien¡ Me guiñó el ojo! Eso significaba que no había prestado atención a mi distancia forzosa, y ahí comprendí que yo solo era una mas del montón, mientras para mi era mi mundo, mi centro de atención.
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I : DEJAVÚ
Romantikcuantas veces nos enamoramos de lo imposible, porque así de masoquistas somos.