Roy harper siempre fue un desastre, no era necesario ver su pasado para comprobarlo, es mejor no hacerlo. Hay cosas que se arrepiente mucho, a veces de cosas que sabe a ciencia cierta que no era su culpa, que era inevitable perder.
Sufrió como cualquier persona en Gotham, entre toda la mierda que se acumula en cada esquina sombría y húmeda. Hubo veces que su supervivencia se volvió una tortura, cada vez crecía aquel deseo de no seguir intentándolo, irse de una buena vez al infierno al que pertenecía. Tiene tanta carga en su espalda, tanta tristeza y desesperanza, ya no podía verse en los charcos sucios de las calles ni en los espejos de algún baño público o de un bar. Le dolía la sensación en sus venas, hasta para drogarse se sentía culpable y miserable en todo los aspectos. Ya casi pensaba en eso de que no merecía nada.
Todo cambió cuando él apareció, con una ira descomunal parecida a la de un perro con rabia. No se acuerda mucho de como sucedió y terminó en ese viejo departamento estrecho, tampoco recuerda algo mínimamente claro en esas escenas difusas que a veces pasa por su cabeza de manera fugaz. No tiene la puta idea de como término peleando a mano a mano con un hombre que antes le caía como la propia mierda, no superaba a ese capullo más vulgar que el coño. Apático, desinteresado, obsesivo compulsivo con lo suyo y sus venganzas, ni mencionar las malditas armas que guarda con tanto recelo de su mirada. Ni que tuviera mala puntería.
Todo cambio relativamente rápido, de un momento para otro ya dejaron de tratarse como al inicio, era diferente; Sólo puede catalogarlo de esa forma, raro.
Kori era una mujer hermosa y bastante dominante, en muchas ocasiones ella lo tomaba y lo quemaba con sus manos calientes mientras hacían el amor...¡Upss!, ¿Hacían el amor? Por favor, en su interior sabía que era solo sexo, una cosa era que tuviera la costumbre de nombrarlo así.
Las misiones eran de lo más improvisado y divertido que le ocurrían junto a sus dos inesperados compañeros de aventura, esa fue el primer pensamiento que no se arrepintió en aceptar. Con el transcurso del tiempo, su relación con Jason obtuvo sus pasos pequeños pero significativos, Jason no se lo prohibía pero le reñía si tomaba drogas en mitad de un recado o cuando se metía de más y le daba un mareo terrible que le duraba todo un día. Eran cosas muy pequeñas que con el tiempo comenzó a apreciar.
No todos los días tenían sus ganancias, había días que también perdían terriblemente, y por cosas estúpidas que le hacen reír en su interior. Roy supo desde hace mucho tiempo que Jason era un mal perdedor así que no se molesto por sus arranques de ira, pero hubo un instantes en que esos arranques se dirigieron a otra dirección. En ese pequeño instante tuvieron su primer contacto sexual real, no hubo insinuaciones, no hubo reproches, solo gemidos y gruñidos por toda la sala destrozada. Si Roy fue pasivo alguna vez en el pasado, él mismo no sabría con exactitud, por que sinceramente, esa fue la primera vez que tomó ese rol con Jason. Él nunca, ni en sus sueños más húmedos haría el de mojigato, joder, ¡Claro que no! Fue un golpe brutal en su consciencia cuando Jason lo cogió con rudeza, las manos secas y ásperas tocaron su piel con demasiada ansiedad que no pudo evitar contagiarse, la emoción era demasiada, ya casi se ahogaba contra el colchón conteniendo en sus pulmones los gritos eufóricos. Ni siquiera Kori fue tan hostil en el sexo, si no fuera por que Jason es controlador hasta en la cama, él hubiera quedado afónico por un par de semanas y más que resentido en su trasero por un mes.
Uff...¡Tremendo hombre se lió!
Bueno, siendo honesto. Roy repitió varias veces con Jason sin pensarlo realmente, no es que estuviera violando la ley cogiendo con un pajarito caído del nido; Aunque la mirada de papa murciélago sea lo contrario.
Los años pasaron y el trato se mantenía en constante cambio, nunca quedaban en un No o un Sí, por alguna razón seguían la corriente como adolescentes sin tregua. Roy no es un novato, el sabe lo que provoca las acciones de su Jaybird. Sus aflicciones, sus medios cambiaban trabajando a su lado, con Red Hood. Arsenal había nacido con la finalidad de proteger lo que lleva latiendo en su pecho, impulsando los deseos que le llevan hundiendo desde hace años.
Roy no es ciego, el sabe lo que ocurre perfectamente, posiblemente también lo sepa Jason, pero de eso no se preocupa seriamente. Cosas cambian, se modifican, transmutan a algo más allá de lo que fue alguna vez en el pasado. Roy no era ingenuo, cada palabra que salían de sus bocas decían más que suficiente en oraciones cortas pero llenas de un montón de claves que incendiaban la alarma de su cabeza.
Por todo lo que pasó, por todo lo que superó, lo que superaron es lo que le llevó a este punto. Roy ya no piensa en esas necesidades que tanto le agobiaba, ya no tenía la razón de temer a lo que estaba frente a sus ojos, tan claros como las estrellas que por pena se esconde en las nubes pesadas de contaminación.
Jason le había devuelto más que coraje, le había dado la esperanza.
Roy no es estúpido, idiota tal vez; Pero sabía que no debía temer a intentarlo otra vez.
Muchas personas marcaron a Jason de formas diferentes, variados en tamaño y profundidad. Cada cicatriz en su cuerpo muestran una bala, un cuchillo o un incendio. La mayoría eran golpes de infancia, la mayoría son golpes obligados a recibir pero hay una en particular que fue hecha a voluntad. Un bonito pajarito, un cardenal rojo estaba tatuado en el antebrazo derecho, al igual que el suyo.
Poco estima lo que pueda suceder estando afuera, Roy morirá sabiendo lo hermosas que son las sonrisas de Jason por las madrugadas en los tejados. Ya no le importa morir, no cuando alguien como Jason Todd le recuerde en su propia piel.
El cardenal rojo le enseñó a volar otra vez.
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Poca Gracia Honesta.
Fanfiction- Hey, Jaybird...- - No.- Jason Todd x Roy Harper. Red Hood x Arsenal Gotham; Batman. Fanfic .........ñ........................ñ................................... Los personajes no me pertenecen, sólo a porto para la etiqueta JasonxRoy <3