Cap.23 Te doy mi eternidad por ella

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Lo mire bien y luego la mire a ella. Eso no era verdad, él solo estaba jugando conmigo, jugando con mis emociones. Emociones que jamás pensé sentir, pensé tener. ¿Un hijo? Maldita sea barba, no juegues conmigo. 

- ¿Qué? – dije luego de unos segundos. 

Él caminó hasta mí y se colocó a mi lado para mirar hacia ___. Gire mi cabeza para observarlo. 

- No te estoy mintiendo, si estas pensando eso. Tú sabes que yo no miento, eso no es de mi agrado – me dijo. 

- ¿Qué quieres de ella? – le pregunte apretando los dientes.

- ____ me dio su vida a cambio de tu eternidad, amigo – dijo. 

Lo mire sin poder creerlo. ¿Qué mierda era lo que estaba pensando esta chica para hacer una cosa así?

- Ya te lo dije, hermano. La dejas ir o vamos a estar en serios problemas – dije amenazante. Él rió por lo bajo.

- ¿Quieres saber que será tu bebe? – me preguntó. No dije nada. Solo me quede quieto en mi lugar – Va a ser un varón. 

- ¡NO JUEGUES MÁS CONMIGO! – le grite. 

- Ya te dije que no te estoy mintiendo, Zayn. 

- Entonces, déjala – le dije y quise acercarme de nuevo a ella. 

Pero para mi desgracia, ese lamebotas de Gabriel se metió en mi camino. Lo mire con furia, pero el maldito albino ni siquiera parpadeó. 

- ¡Quítate de mi camino, lamebotas! – le exigí. 

- No puedes acercarte a ella, Zayn. No puedes tocarla, no puedes hablarle. E intenta no mirarla. – me dijo. 

- Oh Gabriel, no estoy para tus juegos de ángel perfecto – dije e intente acercarme de nuevo. Otra vez él no me dejó.

- Si solo hubieras cumplido tu pacto – me dijo el ricitos de oro – Esta pobre mujer ahora no cargaría en su vientre al hijo del pecado.

- ¡No hables así de mi hijo! – le gruñí cuando lo escuche. 

- Ya Gabriel, déjalo en paz – dijo dios con tono divertido. 

- Tú lo quisiste así, barba. Ahora vamos a ver quien es más débil – dije. 

Comencé a buscar a Natalia, maldita sea ella tiene toda la culpa. ¿Por qué diablos no me dijo antes lo que él quería? Ahora mi hijo no tiene derecho a nacer, porque es mi hijo. Eso no es justo y tampoco es justo que dios pueda tener hijos y yo no. La encontré sentada en una vereda, esperando seguramente lo que sería otra muerte. 

- Ahora mismo me das tu agenda – le dije. Me miró bien.

- ¿Qué? – me preguntó y se puso de pie.

- Aquí va a correr sangre, Natalial. Así que prepara una bolsa nueva para las almas que vas a llevarle al todopoderoso.

- Zayn, tú no puedes hacer eso – me dijo. 

- ¿A no? ¿Quién va a impedírmelo? ¿Tú? No lo creo – le dije. 

Tome con algo de furia lo que estaba buscando y sin seguir dando vueltas me desaparecí de allí.
Ellos dormían, siempre lo hacían cuando yo no estaba ahí. Y ellos iban a hacer todo lo que yo tenía pensado que hicieran. Siempre fueron mis compañeros, y ahora se que de algún modo ellos me quieren.

- ¡Arriba, perezosos! – dije elevando mi voz. 

Todos abrieron sus ojos y rápidamente quisieron atacarme. Pero colocando mi mano frente a ellos, no lo hicieron.

- Hoy no estoy para juegos, muchachos – les dije. 

Uno de ellos abrió sus gigantescas y negras alas para lanzar un horrible chillido. Esperé a que terminara.

- Tú no quieres esto, Zayn. Lo único que quieres es que ella este bien. Pero se que no quieres destruir el mundo – me dijo. La mire y reí irónicamente. 

- Tú no sabes nada, Natalia. Nada – le dije. Se acercó más a mí y se sentó a mi lado.

- Se que la amas – dijo. 

- Yo no puedo sentir eso, porque eso es una mierda – dije enojado.

- Solo debes escuchar a tu corazón, y veraz que algo se te ocurrirá – me dijo y desapareció.

Tal vez ella tenga razón. Tal vez solo deba ir y rogárselo, ir y negociar. ¡Eso es! Tengo que negociar con él. Llegué a ese lugar y como tantas veces, esa maldita luz lastimo mis ojos. La puerta estaba abierta y allí la vi a ella. Estaba acostada en la cama. Los ojos cerrados y las manos sobre su vientre. No había nadie en la habitación, comencé a acercarme a ella. Cuando estuve lo bastante cerca, estire mi mano y toque la suya. Estaba fría.

- Tú no tienes la culpa Zayn, ella quiso esto – me habló él. Gire a verlo.

- Por lo que más quieras déjala ir – le dije. 

- Eso no es posible amigo.

- Te doy mi eternidad por ella - dije.

- ¿Qué? – preguntó sorprendido.

- Eso, que dejó de ser el diablo por la vida de ____ - Dije.

Sus ojos se abrieron bien, para mirarme fijo. Se quedó callado por un largo rato. Y eso ya me estaba poniendo nervioso, más nervioso de lo que ya estaba. Volví mi mirada a ___, necesitaba abrasarla, besarla. Saber que ella iba a estar bien.

- ¡Eso es amigo! – dijo de repente y se acercó a abrasarme. ¿Qué demonios era lo que estaba haciendo? Lo alejé de mí – ¡Eso era lo que quería escuchar! ¡Eso! 

- ¿De que diablos estas hablando? – le pregunte.

- De pensar por primera vez en alguien más que en ti – me dijo y se acercó a ___ – Yo no iba a quedarme con ___, no puedo hacer eso. Solo hice todo esto para que reaccionaras y te dieras cuenta de las cosas.

-¡¿DE QUE COSAS ME ESTAS HABLANDO?! – dije totalmente sacado de mí, por no entender nada de lo que estaba pasando. 

- Te estoy hablando de amor, de entrega, de todo eso que creías que no podías sentir porque eres el diablo. 

- ¿Estuviste bromeando conmigo? – le pregunte.

- Solo un poco – dijo divertido – Jamás podría quedarme con tu eternidad y ya sabes porque. Aunque no quieras aceptarlo, sabes que somos hermanos…

- No, no. No hace falta que me lo recuerdes – le dije. 

- Ahora eres libre, puedes hacer lo que mejor creas para ella y para el niño. Eres el señor diablo, así que piénsalo. 

De repente él ya no estaba. Solo estábamos ____ y yo en la habitación del departamento de ella. Ella estaba acostada en la cama, durmiendo profundamente. La miré fijo ¿Qué era lo que debía hacer ahora? ¿Dejarla y que críe sola a nuestro hijo? Eso va a ser lo mejor, para ella y para él.

donde pasas tu, pasa el fuego(zayn malik y tu) [hot adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora