¡Me harté de que me traten como una más!

Comienzo de clases.

La foto en multimedia es Bernie.

No había podido dormir en toda la noche. Estaba ansiosa por el comienzo de clases. Estaba impaciente y curiosa por saber cuales serán los pensamientos de los demás al verme.

No sé como voy a sentirme pero, estoy preparada para el cambio.

La ruidosa alarma sonó y la apagué rápidamente para no escuchar su molesto sonido.

Entré al baño e hice mis necesidades, cepillé mis dientes y me duché.

Busqué en el armario la ropa que había preparado de antemano.

Un jean azul suelto con dobladillos a la parte de abajo que dejaban al descubierto mis medias de pizza, unos Vans Old School negros, una tshirt suelta color blanca, llevaba una pequeña insignia de marca Nike en la parte superior izquierda.

Mi corto cabello lo peiné hacia arriba con un poco de fijador, estilo ola.

Lista.

_Vamos Bernie, tú puedes._ me hablaba a mi misma, al bajar las escaleras.

Mamá ya estaba en la sala, comiendo una manzana. Suele desayunar algo liviano ya que su trabajo lleva desayuno incluido.

Trabaja como agente de bienes raíces, por lo que siempre tiene clientes a todas horas, los clientes mañaneros la invitan a desayunar la mayoría de las veces para algún asunto.

_¡Buenos días!- dije animada.

Ella sonrió al verme, algo nostálgica.

_Buenos, hija._ se levantó y besó mi frente.

_¿Kelsey aún no baja?_pregunté por mi hermana.

Kelsey es mayor que yo un año, ella está por graduarse.

_Sabes que suele demorarse._ mamá rodó los ojos.

Me serví un poco de agua para comenzar el día. Casi nunca desayuno en casa, siempre lo hago en el instituto, hoy no sería la excepción.

_Ve por tu hermana, que se nos hace tarde._ me pidió mi madre y así lo hice.

_Kelsey, anda.- me asomé por la puerta de su habitación y se estaba poniendo labial.

Ya estaba terminando.

_Ya voy, deja de presio..._se detuvo cuando me miró, ¿con asco?

Rodé los ojos.

_Sólo date prisa._ bajé nuevamente.

Sé que ella se avergonzaba de mí pero, eso no es algo que me preocupe.

Durante el camino hacia el instituto, mi madre nos daba la motivación para comenzar este nuevo año escolar.

Me despedí de mi madre y mi hermana se demoró unos minutos más para que nadie la viera caminar junto a mí.

Los nervios invadían cada centímetro de mi cuerpo. Un hormigueo se hizo presente en mi estómago.

Respiré hondo y di paso firme hacía el interior del edificio.

Comencé a caminar por los pasillos desviando la mirada a mis pies para evitar la mirada de los demás.

No es que todos se pelearan por mirarme pero algunos miraron de forma extraña y comentaban con sus compañeros.

Sabía que esto pasaría así que ya estaba preparada mentalmente.

Fui a la cafetería y tomé algo liviano ya que temía que vomitaría de tantos nervios.