Querida Starbucks:
¿Que tal? Soy yo otra vez.
Ayer vi cómo leías la carta que te deje en tu casillero y también observé que la guardabas en una pequeña carpeta turquesa con dibujos hechos por ti. ¿Sabes? No dibujas mal.
Hoy vengo para contarte algo. ¿No te molesta que tu novio, Brian, te diga cada día "Hey, zanahoria"? Si fuera tú me molestaría, piensa en eso y en lo de ayer.
Otra cosa que pasó ayer fue que cuando estabas en Starbucks me miraste, fueron los mejores cinco segundos de mi vida, creo que es una de las pocas veces en las que alguien me a mirado directamente a los ojos, se sintió genial.
Espero que no tires esta carta y consideres mi oferta de ayuda.
Att: (Sigo pensando en el seudónimo)
PD: ¿Me darías el nombre de tu amiga?, ya sabes, la castaña de ojos almendra, se ve bastante linda. Gracias.
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Querida Starbucks ©
Short StoryÉl la veía cada día llorando mientras tomaba café. Ella sufría por dentro. Él sólo quería ayudarla.